Ana Medina
En el magisterio la palabra burócrata tiene un contexto medio despectivo, que se usa para diferenciar a las personas que trabajan en áreas administrativas de los profes (que son los que están en las escuelas) cualquiera que sea su función.
Este año me llama mucho más la atención esta diferencia por los periodos vacacionales que en verano pasado y en diciembre no coincidieron entre burócratas de Gobierno y de otras dependencias, como educación.
Aunque de acuerdo con la Academia Mexicana de la Lengua la palabra burócrata, con la que se designa a una ‘persona que pertenece a la burocracia’, tiene su origen en la voz francesa bureau \mueble para escribir\ o ‘escritorio’, que a su vez proviene de bure, que era una tela muy basta labrada de lana burda con la que solía cubrirse la superficie de los escritorios. También explican que la extensión semántica del valor ‘escritorio’ da sentido ‘persona que pertenece a la burocracia’, básicamente un burócrata es aquel que trabaja en un escritorio. Actualmente este término se refiere a un individuo que desempeña funciones administrativas dentro de una organización, ya sea en el sector público o privado… un godín pues… pa’ que se entienda.
¿En qué momento los profes entramos en esa nomenclatura?
Pues desde que se intenta entender que los docentes son funcionarios públicos y su labor tiene una carga burocrática tremenda.
Ser servidor público va más allá de desempeñar un cargo o función. Trabajar en educación conlleva una responsabilidad amplia y profunda con los estudiantes y la sociedad en la que todos los docentes tenemos un rol fundamental para garantizar un derecho, pero sobre todo contribuir a la construcción de comunidades más justas, participativas y democráticas (NO, no es comercial político).
El inicio de la función del docente, además de requerir conocimientos y saberes pedagógicos, demanda vocación de servicio y conciencia sobre los compromisos que se adquieren con los estudiantes y la comunidad escolar y eso se engloba en la función pública (si, no comemos vocación y todos merecen un pago justo, pero hay que entender que el trabajo docente va más allá del aula).
Un docente debe desempeñarse en congruencia con el compromiso que implica ser un servidor público, nuestra labor diaria promueve el respeto a los derechos humanos, favorece espacios laborales y educativos seguros y libres de violencia, mantiene un sistema educativo íntegro, transparente y sin corrupción, además de procurar el bienestar de la comunidad escolar por encima de intereses particulares o personales. Y existen principios y valores que orientan este comportamiento, aunque algunas figuras educativas sigamos renuentes a comprenderlo.
Esta semana hubo muchos rumores sobre la SET y el más gracioso fue que les quitaron las vacaciones a los profes… cuando las circulares claramente iban dirigidas a otro sector de la población magisterial.
Aunque bien es cierto que los profes somos funcionarios públicos y por ende pertenecemos a la burocracia, nos ampara el calendario escolar por todos conocido y entonces disfrutaremos de dos semanas de merecidas vacaciones…. al menos los de a pie.
Pero bueno, al final esta semana fue solo de actividades académicas, lúdicas y festivales de la primavera y quedó concluido el primer trimestre del año.
Nos vemos a mediados de abril para preparar los festejos de mayo y el cierre del ciclo escolar, este 2024 parece que lleva turbo.
