Alicia Caballero Galindo.-
Vox popui, vox dei
En México, existen tres vertientes políticas definidas; a raíz de la Independencia surgieron los insurgentes y realistas, en época de Juárez, liberales y conservadores, estos últimos, conservaban fuertes lazos aún con la Iglesia Católica. A raíz de la Revolución Mexicana, continuaron las dos vertientes, dándole al grupo derechista, un carácter más laico. Con la proliferación del Marxismo Leninismo que se iniciara en la década de los veinte, en Europa, surge en México una tercera fuerza, el grupo izquierdista, con fundamento en el comunismo. El Gral. Lázaro Cárdenas, fue partidario de esta ideología.
El pensamiento político mexicano, podríamos agruparlo en tres vertientes perfectamente definidas: derecha, izquierda y centro, llamado social demócrata, siendo por largo tiempo, el tricolor, representante de un justo medio.
Dicho partido, fue fundado por el Gral. Plutarco Elías Calles, el cuatro de marzo de 1929 como Partido de la Revolución Mexicana, y modificado en 1946 como Partido Revolucionario Institucional, a cuyo amparo, se cobijaron la mayoría de los mexicanos amantes de la libertad, por considerar que sería esa filosofía partidista, la que encaminara al país a un progreso sostenido en los distintos ámbitos, pensando en un desarrollo igualitario para todos los mexicanos.
Con el tiempo y el crecimiento de las ambiciones personales de diversos políticos de peso, como Porfirio Muñoz Ledo, recientemente fallecido, empezaron a fracturarse las corrientes definidas y surgieron nuevos partidos, al abrir el IFE, hoy, INE, la oportunidad de otras vertientes, medida maestra para fortalecer a los parridos más poderosos. Divide y vencerás. De tal forma que se convierte en un negocio el fundar partidos nuevos, saben que no van a ganar una contienda importante, pero recibirán una partida económica considerable para sus campañas electorales.
Con esta postura, los partidos fuertes aseguran su triunfo, y los demás, una forma de vida cómoda. Hay quienes han sobrevivido con esta propuesta por muchos años, esperando un golpe de suerte, o el hartazgo de los votantes.
El resultado de tales maniobras estratégicas, ha matado las convicciones políticas y la mística de una ideología fundamentada en la historia de la nación, generando alianzas políticas de grupos pequeños, con partidos políticos fuertes, con el único fin de llegar al triunfo sin pensar en el bien de la población del país, solo se buscan intereses particulares.
En Voz Ciudadana, comenté hace algunos años, que este fenómeno, generaría una sociedad mexicana, carente de convicciones e ideales políticos, y este hecho, generaría mediocridad, olvidando las raíces que sustentan nuestra nación. Hoy, es una realidad. Se observan alianzas de grupos supuestamente de ideologías antagónicas, unidos para fortalecer el voto y asegurar el triunfo de alguna persona que convenga a sus intereses y no del bien de la nación.
Las contiendas políticas se han convertido en juegos sucios donde se atacan unos a otros con la intención de descalificarse, en vez de proponer estrategias políticas y económicas que favorezcan a las mayorías.
Mucho se habla de la educación y la cultura como la mejor arma para salir de la mediocridad, sin embargo, la educación está en manos federales y cada vez es más pobre. Cierto día me preguntó un estudiante de educación superior, ¿Qué es un adverbio? me quedé impactada. Comenté el hecho con un compañero docente y me explicó que, en la actualidad, a los programas de Español, no les interesa la gramática ni la ortografía, lo importante es que el alumno sepa comunicarse. Inclusive se aceptan, todas las contracciones y modismos usados en la comunicación electrónica me quedé sin palabras.
Los planes y programas de estudio, están encaminados a formar ciudadanos con poca cultura que sean fácilmente manejables y buenos para la maquila.
¿Ese es el futuro de México?
¿Qué hacen las mentes pensantes?
Países desarrollados como EEUU, y con alto sentido político, solo requieren de dos formas ideológicas para decidir sus destinos. En nuestro país, hay siete partidos registrados a la fecha, la mayoría busca coaliciones para lograr su fin, aunque no se comulgue con su filosofía.
¿Dónde quedaron los mexicanos que defendían su ideología y luchaban por un mejor futuro para la nación?
¿En qué momento se perdió el rumbo?
Un país que no conoce su historia y no posee ideología política definida, está condenado a la mediocridad y a ser manejado por intereses ajenos a la nación.
¡MÉXICO, DESPIERTA!