diciembre 12, 2024
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Alicia Caballero Galindo

Los Elegidos de Dios

octubre 13, 2023 | 443 vistas

¿POR QUÉ SI HAN SUFRIDO EN CARNE PROPIA LA SEGREGACIÓN, LOS JUDÍOS, CONSIDERADOS LOS ELEGIDOS DE DIOS POR EL CRISTIANISMO, GOLPEAN CON LA MISMA CUARTA QUE FUERON AZOTADOS, TIEMPO ATRÁS? ¿DÓNDE QUEDARON LOS ELEGIDOS DE DIOS? PORQUE ÉSTOS ¡NO SON!

Es doloroso para la humanidad, cualquier noticia que hable de guerras y violencia; todos los seres humanos constituimos una misma familia que debiéramos vivir en paz, sin embargo, no es así; estos principios universales, se convierten en falacias, en utopías. Causó consternación la noticia del conflicto en Medio Oriente entre Palestina e Israel, particularmente con el caso de los terroristas de Hamas; la agresión perpetrada por Israel es vergonzosa considerando la desigualdad de fuerzas. No hay comparación del poderío militar de ambos países, por lo tanto, son una verdadera muestra de prepotencia las incursiones militares israelíes donde han muerto niños mujeres, viejos y gente pacífica que lo único que desea es vivir en paz. La animadversión entre ambos grupos data de tiempo inmemorial, pero está visto que la solución no está en los encuentros bélicos sino en las negociaciones que puedan hacerse desde una perspectiva pacífica. Tradicionalmente estos grupos se han agredido de diversas formas, incitados por el radicalismo de ambas partes. Hubo un tiempo hace ya mucho tiempo que convivieron en santa paz.

¿Qué fue lo que pasó con ellos? ¿Cómo nació Palestina? ¿A dónde se remontan sus orígenes? Del libro de Joan Peters, titulado “From Time Inmemorial” citaré algunos fragmentos:

No existe tal cosa llamada nación árabe Palestina… Palestina es el nombre que los Romanos le dieron a Eretz Yisrael con el exclusivo propósito de hacer enfurecer a los judíos. Los británicos según su Mandato, decidieron llamar Palestina los territorios que ellos gobernaban, y los árabes lo escogieron como el supuesto nombre ancestral de su nación, aun cuando ni siquiera podían correctamente pronunciarlo y lo modificaron a Falastín, una entidad completamente ficticia. Como entidad autónoma, Palestina nunca ha existido. No se conoce ningún idioma palestino. No existe una cultura palestina. Nunca ha habido una tierra llamada palestina gobernada por palestinos. En realidad, los palestinos son árabes, tan iguales a los jordanos (otro término de invención moderna), sirios, libaneses, iraquíes. Palestina nunca ha sido el nombre de una nación o un estado. Es más bien un término geográfico, comúnmente usado para calificar la región en tiempos de la historia cuando no existían conceptos de estado y nación. El emperador romano Adriano se dispuso barrer con la identidad Israel-Judá-Judea. Como consecuencia, tomó el nombre de Palestina imponiéndolo en toda la Tierra de Israel. Simultáneamente, el emperador Adriano cambió el nombre que tenía Jerusalén por Aelia Capitolina. A pesar de todo, nunca dejaron de existir en Judea comunidades israelíes que sobrevivieron a la persecución.

A raíz de las cruzadas, y sus consecuencias, el territorio e Israel quedó casi desierto; una vez calmados los movimientos bélicos, algunos exploradores que visitaron la zona dijeron:

No hay ni una sola aldea a lo largo de toda su extensión [el valle de Jezreel] ni en 30 millas en cualquier dirección… Uno puede recorrer diez millas y no ver en los alrededores siquiera diez seres humanos.

Para sentir soledad que entristece, venga a Galilea… Nazareth abandonada Jericó descansa en una polvosa ruina… Betania y Belén, pobres y humilladas… sin ningún ser vivo que las habite.

Un país desolado cuyo suelo es suficientemente rico, pero entregado completamente a la cizaña… una extensión adolorida y silenciosa… una desolación… Nunca vimos un solo ser humano en toda la ruta…  Difícilmente un arbusto o árbol por doquier. Aun el aceituno y el cactus, rápidos amigos de una tierra sin valor, han casi abandonado el país… La elocuencia de las anteriores palabras es impresionante. Fue a finales del siglo XIX, con la llegada de judíos al territorio palestino, que empezó su lenta reconstrucción.

Es inexplicable que un pueblo como el israelí, que a lo largo de la historia ha sufrido innumerables abusos como su cautiverio en Babilonia, la esclavitud de, los egipcios, la invasión y dominio de los romanos, el fenómeno triste y denigrante que se conoce como La Diáspora, cuando después de la destrucción infringida por los romanos los judíos se dispersan por el mundo al ser expulsados de su propia tierra. Aun estando lejos, jamás perdieron el concepto de nación y esperaban un día volver a su patria. En tiempos modernos, Hitler, que es una vergüenza para la estirpe humana, instrumentó una destrucción sistemática, pero los judíos soportaron unidos con el deseo común de retornar a la tierra prometida.

La región de Palestina fue anexada como una provincia de Siria, posteriormente formó parte de Turquía y finalmente, a raíz de la Primera Guerra Mundial, fue asignada a los británicos temporalmente por mandato de la Liga de las Naciones en 1917, de acuerdo a la Declaración de Balfour, sin embargo, en una estrategia política de los ingleses, contraviniendo la declaración antes citada, deciden otorgar al Emir Abdullah un territorio para que constituya su reino que comprende parte de Palestina Mandataria al este del río Jordán, dándole el nombre de Transjordania y después Jordania. Con esta acción los ingleses recortan el territorio judío en un 75 por ciento violando el tratado antes mencionado. Desde entonces no se les permitió a los judíos habitar en territorio jordano. Finalmente, en 1967 los judíos pudieron asentarse en algunos lugares que les fueron arrebatados por los ingleses. ¡Por supuesto que los británicos no ven con buenos ojos esas acciones! A pesar de haber sido ellos quienes les arrebataran arbitrariamente estos espacios. La intervención inglesa ha agudizado una rivalidad ancestral entre judíos y árabes.

En 1948, tres años después de haber terminado la Segunda Guerra Mundial, la ONU determina la creación del Estado de Israel, como única solución al lo conflicto árabe-israelí; imponiendo como condición el respeto a todas las comunidades árabes con sus costumbres y religión. El 14 de mayo de ese año, se proclamó el Estado de Israel y la división de Palestina en dos países, considerando a Jerusalén una ciudad internacional, ya que en ella radican centros religiosos de ambos pueblos. De inmediato, los países árabes invadieron Palestina y los conflictos se recrudecieron. En 1949, los israelíes lograron una anexión mayor a la propuesta por la ONU después de una aplastante victoria sobre Egipto, logrando el control de la franja de Gaza y todo el Sinaí hasta el Canal de Suez en 1956; sin embargo, Egipto y Siria reaccionaron con una contraofensiva por recuperar sus territorios. Desde entonces, la lucha entre los países árabes contra Israel no ha cesado, causando constantes enfrentamientos entre ambos grupos por razones étnicas, políticas y religiosas.

Palestina, que ha sido una manzana de la discordia, en 1964, con el Movimiento por la Liberación de Palestina, cuyo líder más notable fue Yasser Arafat logró ser considerada una entidad independiente y Ahmed Shukaily su primer presidente, sin embargo, las diferencias étnicas y religiosas han sido la causa central de un conflicto que parece no terminar. El hecho de que los ingleses en 1917 hicieran la división del territorio en dos partes, de acuerdo a su religión y origen, provocaron se acentuara el divisionismo de dos grupos que ancestralmente convivieron en el mismo territorio. Los israelitas, de ser un pueblo sin patria se convirtieron desde que tomaron posesión de su territorio en un pueblo conquistador y hostil con sus vecinos que en el pasado los humillaron, esclavizándolos, como fue el caso de Egipto. Los palestinos, por su parte, han sido un pueblo conflictivo por naturaleza a causa de su radicalismo, causando problemas en los países donde se han asentado; en Egipto, Líbano y Jordania, han intentado imponerse e independizarse adueñándose de territorios donde los han recibido en su largo peregrinar. Es evidente que el actual conflicto hunde sus raíces en una historia de hostilidades y ofensas mutuas aunadas a mentalidades radicales en ambas partes. Recordemos a Isaac Rabin, ministro israelí que fue asesinado al adoptar una postura no radical e intentar un arreglo pacífico con Palestina, en el caso de la muerte de Yasser Arafat, líder de la OLP dispuesto también a mediatizar, se especuló sobre las causas de su muerte, suponiendo un posible envenenamiento y no muerte natural, en Egipto, el líder pacifista Anuar Sadat corrió la misma suerte. Por desgracia en ambas partes, las fuerzas radicales, cierran la puerta a un posible diálogo entre israelíes y palestinos ya que ambos se consideran tener derecho a la posesión de Palestina y ninguno acepta compartir el territorio como lo hicieron muchos años atrás. El conflicto se profundiza al concentrarse en Jerusalén los santuarios de corrientes religiosas antagónicas que no son capaces de compaginarse. El odio étnico acumulado dista mucho en todos de los preceptos éticos de cualquier religión que considere al ser humano, como una obra maestra del Creador, sea cual fuere el nombre que se le quiera dar.

Algo que es imperdonable en nuestros tiempos, para el juicio de la humanidad, es la actitud despiadada de los israelitas, que han sufrido en carne propia el peso aplastante de fuerzas militarmente superiores; hoy ellos se han erigido en verdugos. ¿Cómo es posible que hayan atacado a centros de civiles en forma despiadada, causando la muerte de 70 mujeres y niños para matar a dos milicianos que disparaban desde una escuela? Y las noticias siguen llegando en el mismo sentido. Está visto que la guerra, la violencia, los atentados y el sembrar terror, no serán jamás una solución para los conflictos. Las fuerzas radicales, como el grupo Hamás que se encuentra actualmente al frente de los palestinos, nunca pensarán en una solución pacífica y mediadora porque lo único que desean es la salida total y definitiva de los israelíes, y eso no será posible en un mundo plural como es el nuestro. ¿Será que la franja de Gaza está condenada a vivir en la violencia? ¿Qué tendrán en sus recuerdos los niños y jóvenes que ven morir a sus padres y madres o se encuentran mutilados por los constantes enfrentamientos? ¡Qué triste es arrullar a las cunas de los bebés que son la esperanza, al compás de las detonaciones en vez de una canción de cuna dulce entonada por una madre!

Los pueblos del mundo estamos unidos en oración para que la cordura reine en esos pueblos y sea posible un diálogo congruente, justo y digno para ambas partes. Respecto a los israelíes, nos hacemos una pregunta sin respuesta que se pierde en los vientos de guerra que abrazan el planeta:

¿EN QUÉ RECODO DEL CAMINO SE QUEDÓ PERDIDA LA MÍSTICA DEL PUEBLO QUE SE HIZO LLAMAR ELEGIDO DE DIOS? ¿SERÁ POSIBLE QUE VUELVAN LA VISTA A SU PROPIO PASADO Y RECAPACITEN?

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