abril 17, 2025
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Mauricio Zapata

De la sororidad a la complicidad

marzo 25, 2025 | 402 vistas

Mauricio Zapata

La sesión del Congreso federal donde se desechó la solicitud de desafuero contra Cuauhtémoc Blanco no fue más que una muestra grotesca del servilismo político.

Lo que debió ser un ejercicio de rendición de cuentas se convirtió en una vergonzosa coreografía de complicidad, con diputadas arropando al exgobernador y hoy diputado federal, como si su obligación fuera protegerlo a toda costa y no representar a los ciudadanos.

Pero sobre todo poniéndose del lado del villano y no de las víctimas.

El caso de Blanco es, cuando menos, preocupante. Su administración estuvo plagada de escándalos, sospechas de corrupción y un evidente vacío de liderazgo.

Sin embargo, en lugar de permitir que la justicia hiciera su trabajo, las legisladoras afines al exfutbolista decidieron tirar por la borda cualquier vestigio de imparcialidad.

Más que diputadas, parecían sus abogadas defensoras.

Se pudiera entender su afinidad política, pero al menos no hubieran subido a echarle porras como si fuera a cobrar un tiro penal.

Resulta patético que en un estado azotado por la violencia y la impunidad la Cámara de Diputados se preste a este tipo de maniobras.

No se trataba de destituirlo de inmediato, sino de permitir que las acusaciones en su contra fueran evaluadas en un proceso legal.

Pero no, optaron por el encubrimiento y por la sumisión. Optaron por dejar claro que su lealtad no está con la gente, sino con quien reparte los favores políticos.

Y así, con discursos llenos de justificaciones absurdas, los legisladores sepultaron la posibilidad de que la ley se aplicara sin distinciones.

Lo que vimos en esa sesión fue el reflejo de una clase política que sigue creyendo que el fuero es un escudo de impunidad y no un mecanismo para garantizar el ejercicio de sus funciones.

Hoy el país sigue con un diputado bajo sospecha, protegido por un Congreso que, en lugar de fiscalizarlo, lo apapacha.

Y mientras tanto, la ciudadanía queda una vez más a merced de la descomposición institucional.

¿En dónde quedó esa sororidad? ¿En dónde quedó la frase de “llegamos todas”? ¿En dónde quedó aquello de que “no somos iguales”?

EN CINCO PALABRAS: Complicidad, impunidad, servilismo, encubrimiento, traición.

PUNTO FINAL.- «La justicia ciega es virtud; la justicia vendada, engaño»: Cirilo Stofenmacher.

X: @Mauri_Zapata

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