El domingo 18 de junio, durante toda la mañana, nos dedicamos a almacenar agua; a las catorce horas, salió la última gota de las llaves, desde ese día a la fecha, en el sector comprendido entre las calles Anaya y O. Ramírez, de la calle ocho a la calle seis, está sin servicio de agua. Con regularidad se solicitan informes al número indicado, 073, y las operadoras en forma automática, como si fuera un disco, responden que pasarán el reporte. En ocasiones responden que hasta que se junten varias quejas, pasan el informe a mantenimiento. El resultado es que desde la fecha mencionada, este sector está sin servicio de agua y es necesario comprar pipas para satisfacer el uso doméstico, sin embargo, los recibos de cobro, llegan regularmente. A decir de algunos enterados, se hizo una reparación en el sector, y no abrieron de nuevo las válvulas correspondientes, por desidia. Otros, informan que no saben cómo abrirlas de nuevo. El problema es que, se supone que la Cuarta T, atiende al pueblo, y en este caso, los funcionarios y empleados de Comapa, no solucionan nada, encareciendo a la ciudadanía el agua que se compra a las pipas, que no se dan abasto y, por la misma razón, abusan de los costos.
Nunca en esta ciudad, había estado tan deficiente, e irregular el servicio de agua. Jamás habíamos estado con cortes en forma indefinida, y sin una explicación pertinente. el agua cuando llega a salir de las llaves, está llena de lodo, ocasionando desperfectos en las redes domésticas.
Es desesperante, ver fugas muy granes de agua potable en algunas partes, mientras en otras, carecemos del servicio.
¡Basta de abusos y negligencia! ¡Basta de tanta corrupción, irresponsabilidad y grosería de los encargados de Comapa!
Dimos nuestra confianza mediante el voto, a un partido que se supone, vería por los intereses de la ciudadanía. Al parecer, a nivel municipal, las autoridades correspondientes, nada han hecho, no solo eso, prestan oídos sordos al clamor de quienes deseamos atiendan su obligación, brindándonos el servicio de agua en nuestros hogares. No es un favor, es una obligación atender las necesidades de la ciudadanía.