Mauricio Zapata
Esta es la versión de fin de semana de Punto por Punto, en donde damos cuenta de relatos y anécdotas.
Hace un par de días, la diputada Alejandra Cárdenas preguntó en sus redes sociales si se acordaban del primer concierto musical al que habían ido.
Obvio que era una pregunta en la que todos, o al menos la mayoría, tenemos una respuesta.
Y claro que le di mi respuesta.
Cómo no acordarse de aquella ocasión
Fue en diciembre de 1987. Tenía 13 años.
Se trata de un concierto de Timbiriche. Cabe señalar que soy ‘Generación Timbiriche’ y que fui (o soy) fan de ese grupo.
El concierto fue en Tampico. Bueno, en Ciudad Madero, porque el evento se llevó a cabo en el Centro de Convenciones que está ubicado en ese municipio y pertenece o pertenecía al Sindicato Petrolero.
Mi hermana América y yo éramos muy amigos de los hermanos Montiel: Samantha y Cristóbal y ellos prácticamente nos invitaron.
El grupo hacía la promoción de su disco ‘Timbiriche VII’ que traían canciones como ‘Besos de ceniza’, ‘Con todos menos conmigo’, ‘Si no es ahora’, ‘Mírame’ y ‘Rompecabezas’, entre otras.
De hecho nos fuimos en una camioneta con el señor Manuel Montiel y su esposa Lupita.
Además del concierto, nos dieron una buena paseada por la ciudad que poco conocíamos.
Teníamos buen lugar en el auditorio maderense. Así que se disfrutó mucho el evento.
Llegamos a buen tiempo. Compramos algunos souvenir y comimos unos tacos afuera del Centro de Convenciones.
El concierto comenzó con la canción ‘Rompecabezas’: El intro de esa ‘rola’ motiva a pararte a aplaudir. Pero estaban apagadas las luces… cuando Paulina Rubio y Eduardo Capetillo comenzaron a cantar: ‘Tú… tú yo tenemos un problema…” nos impulsamos del asiento como un resorte y comenzó la gritadera.
Fue emocionante, porque además, como mencioné líneas arriba, la canción te motiva.
Después vino ‘Besos de ceniza’ y esa no la puedes dejar de cantar.
Luego otras dos y posteriormente ‘Con todos menos conmigo’ que sin duda es otra melodía que no se puede dejar de cantar por parte del auditorio.
A medio concierto Thalía se sintió mal y la sacaron con ayuda del escenario.
El grupo continuó con otras dos canciones.
Pero de pronto comenzó ‘Si no es ahora’. La iba a cantar Alix, pero de la nada salió Thalía y de repuesta se llevó una fuerte ovación. Esa es otra melodía que no se puede dejar de cantar.
Aunado a ello, Thalía tenía un buen click con la gente por la novela Quinceañera.
El concierto cerró con ‘Soy un desastre’ y ahí terminó esa experiencia del primer concierto vivido.
En la adolescencia son muchas las cosas que no se dejan de recordar, sobre todo, aquellas que tienen que ver con lo que nos gustaba y emocionaba.
Y a esa edad ir a un concierto de los ídolos es algo inolvidable.
Si ya de adultos nos emociona y motiva ir a un concierto de algún artista, imagínense de chamacos.
EN CINCO PALABRAS.- Iría a otros dos más.
PUNTO FINAL.- “Hay quienes no son dueños ni de sus recuerdos”: Cirilo Stofenmacher.
Twitter: @Mauri_Zapata