mayo 9, 2024
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Melitón Guevara Castillo

El educador que inspira

mayo 18, 2023 | 417 vistas

Melitón Guevara Castillo.-

Hace días se festejó el Día del Maestro. En las redes sociales se manifestó una euforia significativa en dos vertientes: la de alumnos que felicitan a su profesor o que lo recuerdan por sus enseñanzas; la otra, la nostalgia de maestros, que ya jubilados, recuerdan momentos maravillosos y significativos en sus vidas. Por cierto, hubo dos hechos: El Presidente AMLO concedió un buen aumento salarial; y, por el otro, la Coordinadora Magisterial nuevamente hizo de las suyas y ahora están negociando con Adán Augusto López, el secretario de Gobernación.

En términos generales la imagen del educador, del profesor, siempre va a ser significativa. Sin embargo, en ese ir y venir, del paso de generaciones, de los cambios de métodos, de modelos educativos, de las herramientas pedagógicas, creo que también se ha dado una evolución en la mística del profesor. Contextos y hechos que tienen que ver, en todo caso, con los modelos educativos y con la vocación o convicción sobre el valor de la tarea que se realiza.

EL MODELO EDUCATIVO

Mi generación, que nació a la mitad del siglo pasado, se educó hagan de cuenta con el modelo de la educación bancaria: el maestro trasmite, deposita, en sus alumnos sus conocimientos y experiencias. Por ejemplo, en la Universidad me topé con maestros que me dictaron sus apuntes. Era una educación funcional, positivista. Con Luis Echeverría Álvarez, acabando de pasar el movimiento estudiantil del 68, pregonó una “transformación” de las estructuras mentales, pero de ahí no pasó: las distintas reformas educativas fueron parches. Por eso, expertos como Gilberto Guevara Niebla proclaman un “fracaso educativo”.

Imposible pensar que los gobiernos neoliberales, en sus distintas reformas educativas, hayan buscado un cambio real del modelo educativo. Ahora que AMLO proclama la 4T, según se ha conocido, se pretende ahora sí dar un giro al propósito educativo: que no se vea como una herramienta de movilidad social. AMLO se tardó mucho en proponer una reforma educativa y, por la opinión y comentarios, se desprende que busca dar a las nuevas generaciones una visión impregnada de conceptos ideológicos… se entiende que el alumno debe ser más analítico y reflexivo.

EL PROFESOR Y EL CONTEXTO

Inicié mi formación educativa con una profesora rural: llegaba a Campoamor (Padilla) muy temprano los lunes; ahí vivía y se regresaba a Victoria los viernes por la tarde. Esa fue, sin duda, el inicio de muchos profesores: salir de la normal y aceptar su compromiso educativo, en principio, en zonas rurales. Aún es posible conversar con profesores de aquella época; que se fueron a otras entidades, unos hasta la sierra tarahumara, otros a lugares que los hicieron asimilar otras culturas y sentir el valor de su compromiso y tarea educativa.

A los profesores de antes, esos que depositaron en mí sus conocimientos, el contexto les ayudó: eran buenos para castigar y nosotros nos acostumbramos a que en la casa había más castigo. El contexto de hoy es completamente diferente: los maestros viven un contexto de impulso de los derechos humanos y, otra parte, ya no hay una mística de entrega total, al menos en el área rural: las quejas son las de siempre, que faltan o que no van toda la semana.

INSPIRAR AL ESTUDIANTE.

En los 80’s en un curso de investigación una profesora argentina nos hizo notar el papel del verdadero y auténtico maestro o profesor: hay maestros, nos dijo, que nos describen las cosas, sus conocimientos, como el maestro dictador; otros, nos explican, hagan de cuenta, los hechos, su naturaleza, sus causas. Y hay otros, nos enfatizó, que nos inspiran, que nos transforman e impulsan

En mi caso, siempre he dicho que en la educación primaria impactaron en mi formación: Graciela Guerra, en Primer Grado, hagan de cuenta me enseñó a caminar en mi formación; Leonor Conde Pedraza, con su férrea disciplina, nos inculcó el compromiso de cumplir y hacerlo bien; Guadalupe Uriegas Zozaya, su humanismo, su solidaridad y los ánimos a seguir estudiando.

Nohemí Berrones en la secundaria, con su clase de civismo sentó las bases para enfilar mi formación profesional y una visión tanto del gobierno como de la sociedad, insistió mucho en la cultura ambientalista. Y Lauro Rendón Valdez, con su clase de español, hagan de cuenta que despertó mi intuición y estudios que determinaron mi vida profesional: la academia y el periodismo. Academia y periodismo que se fortalecieron con la inspiración, formación y apoyo en la preparatoria y en la universidad de Alfonso Narváez.

TODOS SOMOS MAESTROS

En la práctica soy un convencido: todos somos maestros, aprendemos de unos y otros. En mi caso, ya en la vida universitaria y profesional me topé con dos académicos, amigos, que son íconos en sus áreas de estudios, ejemplos a seguir: José Luis Pariente, hagan de cuenta, el ejemplo local; y el foráneo o nacional, es Jesús Galindo Cazares: se distinguen, obvio, por sus conocimientos, además, por su disciplina, organización, tenacidad y entrega a sus tareas formativas, en la academia y en la investigación.

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