Rogelio Rodríguez Mendoza
El enemigo a vencer en la elección del 2024 no será cualquier enemigo. No me refiero a esos políticos oportunistas y mentirosos que nos endulzan el oído con falsas promesas con tal de obtener el voto. Tampoco lo será el gobierno con sus “chanchullos” para allegarle votos a los candidatos de sus partidos.
No, ese enemigo del que le hablo y al que urge derrotar, está plenamente identificado y tiene nombre: se llama abstencionismo.
Es ese fenómeno que, desde hace muchos años, ha sido el gran vencedor en los procesos electorales.
Es un monstruo conformado por millones de mexicanos que, por diversas razones, muestran un profundo desprecio o apatía por las urnas.
Son ciudadanos que, el día de la jornada electoral prefieren quedarse en la comodidad de su casa, viendo televisión, o entreteniéndose con las redes sociales. Les da flojera ir a hacer fila para cruzar una boleta.
El daño que ese engendro le ha hecho al país ha sido terrible, porque ha permitido el arribo, a los cargos de elección popular, de personajes que, con sus honrosas excepciones, han sido un fraude.
Por eso, hoy más que nunca resulta urgente que vayamos diseñando un plan para evitar que ese monstruo gane nuevamente una elección. Lo que estará en juego el dos de junio próximo será mucho.
Recuerde que a nivel federal elegiremos un nuevo presidente de la República, diputados federales y senadores, mientras que en el estado renovaremos 43 ayuntamientos y la legislatura del Congreso del Estado, integrada por 36 diputados.
No podemos permitirnos que ¡oootra vez gane el abstencionismo!
Porque el problema no es que gane, sino las consecuencias terribles que nos acarrea a los ciudadanos.
En Tamaulipas, hemos padecido pésimos gobiernos, en lo estatal y municipal, porque quienes han ganado en las urnas lo han hecho con trampas o compra de votos, y no porque hayan merecido el cargo.
Por todo ello, es necesario y urgente que las autoridades electorales, de la mano de aquellas organizaciones de la sociedad civil con gran influencia, se den a la tarea de ir creando las condiciones para incentivar, y motivar, a esos millones de ciudadanos apáticos a que cumplan con su derecho y obligación de acudir a votar el día de la elección.
¿Por qué no votan millones de mexicanos? La pregunta tiene varias respuestas, pero en lo personal me parece que la principal es que, desconocen o ignoran las consecuencias de no votar y también las de votar.
Hay quienes consideran que esos que ejercen el voto de abstención lo hacen porque no creen en los partidos y en sus candidatos. Que desconfían de ellos.
En lo personal me parece que no es así. Yo insisto que el origen del fenómeno es la ignorancia y la flojera de todos esos ciudadanos que prefieren que sean otros los que decidan por ellos.
De ahí la necesidad de que el INE, y el Ietam en lo estatal, desplieguen una campaña mediática que tenga como propósito ir generando conciencia en la población sobre la importancia del voto.
Con lenguaje sencillo y entendible hay que explicarle al votante los porqués debe ir a las urnas el día de la elección.
Es la única forma de que venzamos a ese enemigo, que sin mover un dedo termina siendo quien se levanta con la victoria en las urnas.
En Tamaulipas, la historia dice que en cada elección acude a votar apenas un poco más del 50 por ciento de los electores. Es decir, la otra mitad se queda en su casa.
Ojalá que el 2024 sea el año de la derrota para el abstencionismo. Esa debe ser la meta prioritaria para todos. Incluidos usted y yo.
El RESTO.
TERQUEDAD. – Con el pecho inflado de orgullo, el presidente, Andrés Manuel López Obrador, anunció que, enviará el Congreso una iniciativa para “garantizar la protección y un trato respetuoso para los animales”.
Al respecto, un apunte: Lo que sobran son leyes en defensa de los animales. Lo que urge es que el gobierno las aplique, para sentar precedente y que la sociedad vaya viendo qué hay consecuencias cuando se atenta contra un animalito.
Para decirlo claro: lo que necesitamos como país no son más leyes sino acabar con la impunidad.
Por favor, alguien dígale eso a López Obrador y todos aquellos legisladores que todo quieren resolver con una nueva norma.
ASÍ ANDAN LAS COSAS
