Qué gusto saludarles como todos los martes y especialmente, hoy que se estará celebrando el Día del Niño.
Pero las cosas lamentablemente no están del todo bien, ya que los hechos nos muestran a una sociedad rota, quebrantada, si de valores hablamos.
Hablando de manera más específica, quiero hacer mucho hincapié en cómo se manejan hoy, no todas, pero un gran número de familias.
Tenemos niños y adolescentes experimentando todo, absolutamente todo. ¿Cómo va a estar bien eso? Tenemos padres que dicen: prefiero no prohibirle nada porque luego es peor y lo buscará a escondidas; ¿pero esto qué implica?
Se los llevan con ellos a los conciertos, a los paseos familiares, en donde el tío se pone hasta atrás delante de él sin pena alguna, no están criando a un niño… ¡Están criando a un adulto más!
Hay fiestas para niños y hay fiestas para los grandes, al menos así me criaron a mí, que esperanzas de andar a los diez años en un palenque con mi padre y madre; a mí me dejaban encargada con mi abuelita, así era antes.
Y el tema que también quiero tratar por aquí, pero espero pueda darme a entender siendo breve, el de la música.
¿Cómo es posible que, estando la música como esta de mal en estos días, todavía se la pongamos a nuestros niños para que la oigan?
Habrá padres que dirán: es que siempre andamos juntos y unidos y por eso escuchamos lo mismo. Pero es como si no lo estuvieran porque lejos de darle un buen ejemplo, le das el peor y de nada servirá que tenga una conexión si escucha el peor ejemplo que puede escuchar, hablo de “Peso Pluma” específicamente.
Hace unos días me detuve a buscar uno que otro video de él y es una burla para nuestra sociedad que sea la persona más escuchada la persona que anda más alterada y todo gracias a las sustancias más dañinas que se siguen comiendo a nuestra sociedad.
No dejen que los patos les tiren a las escopetas. Es por eso que la expresión así se utiliza porque siempre ha sido al revés. Qué quiero decir con esto: que yo jamás, como niña, tuve la autoridad para decirle a mis padres qué era lo mejor para mis oídos y con justa razón, solo ellos iban a saber que era lo mejor para mí no yo.
Hasta el día de hoy que, ya tengo 41 años de edad, no hay nada que les agradezca más que el que ellos me hayan recomendado y enseñado lo que ellos escuchaban, y justo aquí habrá alguien que me diga que desde los Beatles había drogas, y es correcto, pero jamás salieron dando un espectáculo en ningún escenario en donde se les viera en mal estado.
¿Cuándo vieron a los Bee Gees en estado inconveniente? Tampoco los recuerdo, no hacían más que bailar y cantar.
A lo que quiero llegar con esto es que, la música sigue influyendo de gran manera y lo que escuchan tus hijos es lo que se les queda en la cabeza y es lo que quieren copiar y replicar. ¿Te gustaría que tu hijo se parezca a Peso Pluma y haga exactamente lo mismo que él? Creo que entendiste a lo que me refiero.
Es por ello que el mejor regalo infantil, hasta el día de hoy, no es una bici, ni una patineta, ni una Barbie ni un horno o cocineta; lo mejor que le puedes regalar a tus hijos son buenos ejemplos; ejemplos que no les haga daño seguir.
Y hoy como sociedad agrandamos y aplaudimos a los peores ejemplos… ejemplos que no nos darán a hombres de bien sino lo contrario porque, créanme que, desde niños se forja un buen hombre o mujer.
Así que ya lo saben, entre tantos regalos espero que lejos de todos los demás en este día no dejen de obsequiarles a los suyos ese que es el mejor regalo infantil.
¡Feliz día del niño!
