José Inés Figueroa Vitela
Vicente Guerrero y Agustín de Iturbide siguen librando batallas aquí; dos siglos después del primer desencuentro, Tamaulipas sigue estando del lado correcto de la historia.
Cuentan antiguos moradores de estas tierras, que han visto emerger de las aguas de la presa Vicente Guerrero, la figura de un gallardo cabalgante sobre su poderoso corcel.
“Así lo reconocieron -dice un historiador originario de instrucción generacional-; en la forma pulcra de montar de Agustín de Iturbide; por eso lo apresaron y luego lo fusilaron; ahí terminaron las ambiciones de los imperialistas”.
En este lugar, el gobernador AMÉRICO VILLARREAL ANAYA develó la placa que recuerda la ejecución del decreto que proscribió al héroe libertario que, de la independencia, se hizo al lado de los conservadores que pretendían prolongar el estado de privilegios, en contra de la República y la democracia.
El Viejo Padilla, que sucumbió al embate del progreso, con la construcción de la presa Vicente Guerrero, sumergido entre miles de millones de metros cúbicos de agua, emergió tras 14 años de sequía, con su vieja y monumental escuela en pie, como las paredes del templo y las planchas, banquetas y piso de la plaza de armas, así como lo que fue el primer palacio de gobierno, donde también sesionó el primer Congreso Constituyente, el siete de julio de 1824.
El agua está de regreso a unos metros de su espejo y pronto se espera vuelva a cubrir lo que fue la primera sede del Gobierno y el Congreso de Tamaulipas.
Mientras, aquí celebró la efeméride, pueblo y gobierno, con seis días de retraso, por la amenaza del tercer temporal del año que no llegó, en una sesión extraordinaria y solemne del Congreso local, con la presencia de los titulares de los otros dos poderes y representantes de las fuerzas vivas del estado y autoridades de los municipios cercanos.
“El Congreso del Estado de Tamaulipas, se constituyó justamente aquí en Padilla, marcando por siempre a esta tierra, como la cuna legislativa de nuestro querido estado, escribiendo así uno de los capítulos más importantes de nuestra historia, mereciendo ser recordado y conmemorado por siempre”, expresó la diputada presidenta, ÚRSULA PATRICIA SALAZAR MOJICA, al abrir los trabajos solemnes.
Honró al constituyente y repasó los 200 años, que han sido testigos de muchas generaciones de hombres y mujeres, quienes, con su talento, esfuerzo, valor y profundo amor por Tamaulipas, lograron solventar invasiones, pérdida del territorio, conflictos nacionales y locales.
“Con vocación nacionalista, siempre defendieron la patria, demostrando el carácter firme, conciliador y noble de los tamaulipecos”, dijo y celebró la conmemoración en estos tiempos, de una profunda y necesaria transformación, en la que hemos refrendado el voto de confianza a la continuidad de las políticas públicas en las que -como antes- ya no cabe la corrupción, ni el autoritarismo, ni la discriminación de ningún tipo.
“Por el contrario -definió- en donde la política y sus instituciones, estén al servicio de quién más lo necesite, para una mejor educación, salud, seguridad, economía y un medio ambiente más sano”.
En un repaso histórico de la primera gran transformación nacional, ante el pleno legislativo y los invitados, el Jefe del Ejecutivo por su lado recordó los paralelismos con esta primera etapa de la cuarta transformación.
Arengó los méritos originales y de ahora, convocando a defender y luchar en el horizonte promisorio que marca el nuevo orden nacional.
“Tamaulipas ha sido siempre leal a la República, con un pueblo siempre altivo y heroico, que ha actuado en las tres grandes transformaciones, igual que la generación actual lo hacemos en este presente”, expresó y el respetable suscribió con su aplauso.
“El germen de la vocación democrática del primer constituyente y el paralelismo de hoy es evidente”, advirtió y convocó a encontrar las similitudes, porque está en juego el perfil del estado, de nuestras instituciones y de nuestra sociedad.
Toda esta herencia de dos siglos de lucha -abundó-, persisten por la igualdad, la soberanía nacional y por el humanismo mexicano.
“No están exentas de ataques o reacciones; cuidemos su esencia con participación, enriqueciendo nuestra vida cívica y la memoria de grandes mujeres y hombres que en todos los campos de la vida pública han hecho aportaciones generosas a nuestra patria y a la identidad tamaulipeca”.
Para ello, concitó a mantener en alto la bandera por la que el presidente AMLO convocó a regenerar la vida pública desde la histórica victoria del 2018, por la vía pacífica, legal y democrática, con la cuarta transformación que sigue hacia adelante, bajo el liderazgo de CLAUDIA SHEINBAUM, quien nos llevará -dijo-, a logros aún mayores.
La primera mujer presidenta, cuya gestión será más fraterna, libre, democrática, humanista, justa socialmente, sostenible, próspera y segura.
“Este bicentenario del primer constituyente tamaulipeco, aporta el inicio de esta gran promesa ideológica, es referente de grandeza y ejemplo a seguir para los tamaulipecos de hoy y para las futuras generaciones”, rubricó, entre vivas al Estado, a sus precursores y la continuidad de la cuarta transformación.
Como antes, ahora, los conservadores se desvanecieron, se hicieron chiquitos, algunos, reconociendo y doliéndose de su equivocación.
Tamaulipas sigue estando en el lado correcto de la historia.