Dhena Mansur Sánchez.-
Entre los escombros murieron personas inocentes.
Entre los escombros se despidieron de este mundo.
Entre los escombros tuvieron su último suspiro.
Entre los escombros se vivió el capítulo final en el libro de la vida de
hombres, mujeres y niños.
Solo Dios sabe y conoce las plegarias de quienes estaban dentro de
esta iglesia en Ciudad Madero, la de la Santa Cruz, si nos detenemos a
pensar, por algo pidieron, a eso vamos a la iglesia, a orar, a compartirle a
Dios nuestras suplicas. ¿Qué le habrán pedido?: un mejor trabajo; una vida
llena de felicidad, un mejor estado de salud; una duradera relación de
pareja. Pero lejos de estas peticiones, lo último que veían venir era que, en
realidad estaban viviendo sus últimos minutos de vida. Aquí me refiero a los
que lamentablemente no sobrevivieron a este inesperado colapso.
Aceptémoslo nadie, pero nadie contempla que el techo que nos cubre
pueda caer en cualquier instante y menos con personas por debajo de él.
Lo único bueno de esta tragedia que tiene conmocionado a todo
Tamaulipas es que hubo más sobrevivientes que fallecidos, aun así, creo
que es uno de los episodios más tristes e impresionantes que se han vivido.
Inmediatamente después de que supiéramos de estos
acontecimientos, también círculo una foto que, al verla todos deseábamos
que no fuera cierto lo que más se creía, en esta fotografía aparecía una
familia conformada por tres miembros, pero lo más triste de todo es que era
una familia extremadamente joven, tanto los padres como su pequeño
angelito, de hecho, aún no creemos que ya este pequeño de tan solo ocho
años sea hoy eso, un angelito, al haber perdido la vida al mismo tiempo que
sus padres.
Ustedes ya se han dado cuenta, queridos lectores porque han leído
ya varias veces esta expresión en mis líneas: “me hace mucho ruido en mi
cabeza”, bueno a eso voy, me hace mucho ruido en mi cabeza algo que leí
en comentarios derivados de esta tragedia y alguien dijo “Si Dios existiera
eso no hubiera pasado”. De inmediato una sensación de tristeza me invadió.
¿Cómo es posible que alguien diga, piense o crea eso?
Siento, al cien por ciento, que esa siempre ha sido la justificación de
los ateos, el señalar al indeciso todo el mal que existe en el mundo.
Huracanes, desastres naturales, terremotos, fenómenos naturales,
explosiones, errores del hombre finalmente, como en este caso, no
sabemos la calidad con la que estaba construido el techo de esta iglesia,
pero antes de analizar eso le atribuyen toda la culpa a Dios.
¿Por qué Dios permite el mal, si Dios es bueno? Una pregunta que
jamás podrá tener una respuesta breve.
Claro que lo es, Dios es bueno, pero, así como existe el bien en el
mundo también hay mucha maldad muchísima, algo que también sabemos
es que también hubo ángeles que eran buenos y cayeron. Dios a pesar de
ser bueno y de haber creado a Adán y Eva terminaron pecando.
Es cierto que nuestro Dios tiene el control de todo y lo creo todo, pero
no tiene el control del hombre ni de sus decisiones, errores o pecados.
Dios tenga ya en su Santa Gloria a las víctimas mortales de este
terrible incidente y recuperación a todos los heridos. Quiero despedirme
compartiéndoles un mensaje que, en cierto momento el Papa Francisco dijo
y que considero idóno para interpretar ya que para mí representan una gran
respuesta:
“Estamos llamados a ser mensajeros de la misericordia de Dios, a
ofrecer luz donde predominan las tinieblas, esperanza en la desesperación
y salvación donde abunda el pecado”.
X: @DhenaMansur