Dhena Mansur Sánchez
Qué gusto poder saludarlos cada martes, no sin antes mandar una cordial felicitación a sus padres por el ya celebrado Día del Padre el pasado domingo y también felicitar a los que ya no están físicamente con nosotros, pero seguirán siempre muy presentes en el corazón.
En esta ocasión me veo obligada a citar uno de mis cuentos favoritos a pesar de ya no ser una niña, pero este nos ayuda a identificar el papel que juegan nuestros padres al ejercer su paternidad y el tiempo que comparten y dedican a sus hijos.
El mejor regalo que podemos ofrecer a nuestros hijos es sin duda alguna el tiempo y que este a su vez sea de mucha calidad. Es como una semilla sembrada que día con día rendirá frutos, será a la larga para ellos el mayor tesoro de sus vidas, el haber sido escuchados y al mismo tiempo educados.
Aquí vamos:
El papá de Antonio era un hombre muy importante, pero también muy ocupado, que trabajaba muchísimas horas y que también solía hacerlo durante los fines de semana. Un domingo Antonio se despertó antes de tiempo y al escuchar a su papá abrir la puerta para salir a la calle y acudir a su oficina corre a preguntarle:
–¿Por qué tienes que ir hoy a trabajar papi? Podríamos jugar juntos…
–No puedo. Tengo unos asuntos muy importantes que atender.
–¿Y por qué son tan importantes papi? –Pues porque si salen bien serán un gran negocio en mi empresa.
–¿Y por qué serán un gran negocio? Pues porque si la empresa gana dinero me pueden ascender.
–¿Y por qué quieres que te asciendan? –Para ganar más dinero.
–¡Que bien! Y cuando ganes más dinero, ¿podrás jugar conmigo?
El papá de Antonio se quedó pensando y su hijo continuó preguntándole,
–¿Por qué necesitas más dinero? –Para tener una casa más grande y que tú tengas más cosas.
–¿Y para qué necesitamos una casa más grande? ¿Para guardar todas esas cosas nuevas?
–No hijo, en una casa más grande estarás más cómodo y haremos más cosas. Antonio su hijo se quedó pensativo y luego sonrió.
¿Haremos más cosas? ¡Estupendo! Entonces vete rápido. Yo esperaré los años que haga falta hasta el día en que tengamos esa casa más grande.
Al escuchar eso, el papá de Antonio cerró la puerta sin salir. Antonio crecía muy rápido y su papá sabía que no lo esperaría tanto. Así que se quitó su saco, dejó su agenda y mientras se acomodaba para jugar con un Antonio tan sorprendido como emocionado, dijo:
–Creo que el ascenso y la casa nueva podrán esperar algunos años.
El mensaje de este cuento va dirigido tanto para los padres como para los hijos, ¿Te sentiste identificado? ¿Harías lo mismo que el papá de Antonio?
El punto clave es que no dejes pasar tu vida haciendo todo por tus hijos y a la vez perdiéndote de estar con ellos. Sabemos que la vida hoy en día es tan difícil económicamente hablando y esto nos obliga a sacrificar el tiempo que pasamos con ellos, así que en la medida de tus posibilidades trata de no perderte esos momentos que jamás volverán y más aún si todavía tienes esa enorme bendición.
Aunque nos duela y los necesitemos cerca siempre, los hijos se crían para que se vayan, tu trabajo es prepararlos para que vuelen con alas propias. Lamentablemente, muchos hombres que hoy ya son padres carecieron de una figura paterna y por esa razón les nace darles todo a sus hijos, es así como ellos creen que están ayudándolos, pero todo lo contrario, en realidad no.
Es por eso que dicen, educa a tus hijos con un poco de hambre y un poco de frío, el amor que les tenemos puede terminar por cegarnos, olvidando lo que sí los hará felices a la larga. Enseña a tus hijos el valor de las cosas y tendrás adultos responsables. Y por último, recuerda siempre que tus hijos no tendrán éxito gracias a lo que hagas por ellos, sino por lo que les enseñes a hacer por sí mismos”. Es por eso que hoy quiero hacer un agradecimiento muy especial a mi padre, el arquitecto Basilio Alberto Mansur Balboa, por todo lo que me enseñó, cualquier valor, hábito y manera de pensar sé que aflora en mí porque lo aprendí de él y sé que hoy no sería la mujer entrona, perseverante, insistente e incansable, si lo soy es porque crecí con ese ejemplo, jamás he visto que mi papá faltara a su trabajo, no les diré que nunca hemos peleado porque les estaría mintiendo, y lo más hermoso en mi padre es que teniendo una discusión, ya sea pequeña o sea grande, jamás pasó más de un día sin que nos reconciliáramos. Él no podía permanecer enojado con su princesa, así de grande es su corazón. Quiero que sepas, papá, que todo lo enseñado estará en mí siempre, cada día, cada desvelada dándome consejos desde que el día en el cual me viste nacer. Todo ha valido la pena.
Gracias Basilio Alberto por ser mi Papá.
Espero que todos hayan tenido un hermoso Día del Padre, aquí y en el cielo.
X: @dhenamansur