Mauricio Zapata.-
Quizás haya algunos que se dejan llevar por la ola “AMLOver” y crean que los Ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación estén en contra del pueblo.
La narrativa oficial es que la SCJN le dio un golpe a la raza, a la gente, al pueblo pues, según lo que el muro de contención del Presidente quiere que se replique y que se le meta en la cabeza a la ciudadanía.
Y bueno, el papel de los Ministros no es apoyar al pueblo bueno con dádivas. Su función legal es proteger a la Constitución Política de México.
En resumen: los Ministros se encargan de que se respete la Ley plasmada en ese Documento Supremo.
Ojo, no por ser la mayoría significa que tengan la razón. Y me refiero a la mayoría de los legisladores del partido en el poder.
Vamos… la Corte es para el país, lo que el VAR es para el futbol: corrige las fallas o la mala aplicación de las reglas del juego.
Es una institución que se encarga, porque sus atribuciones constitucionales así lo dicen, de evitar que se legisle o se gobierne bajo caprichos que pongan en juego la viabilidad jurídica de un país.
Que haya certeza legal en las acciones y que no se violente la Constitución de nuestro país.
Es como el VAR: puede haber árbitros que marquen un penalti para favorecer a un equipo o no marcarlo para perjudicar a otro, y entonces entra ese sistema, para ver detenidamente la jugada, ver los criterios que exigen las reglas del juego y corregir o ratificar la decisión del árbitro.
Bueno, pues esa es la función de los Ministros de la Corte.
Como el VAR no está para apoyar a los equipos y jugadores, sino para que se apliquen las reglas tal y como se determinan; la SCJN está para que no se viole la Ley o en este caso, la Constitución.
Un Ministro no debe ser elegido con base en su popularidad sino en sus conocimientos jurídicos y su capacidad para plasmarlos en la realidad.
No deben mandarlos al escrutinio de las urnas.
No deben ser linchados por proteger la Constitución.
No deben ser “satanizados” por no apoyar los caprichos de nadie.
Qué bueno que aún quedan contrapesos; que aún hay instituciones fuertes y que aún hay República.
En resumen: Para malos legisladores, hay (todavía) buenos Ministros. En otras palabras, según la Constitución, el Poder Judicial se encarga de hacer bien lo que el Poder Legislativo haga mal.
EN CINCO PALABRAS.- La ley es la Ley.
PUNTO FINAL.- “A los panistas, a veces, se les olvida que ya no son gobierno. Y a los de Morena también se les olvida que ya no son oposición”: Cirilo Stofenmacher.
Twitter: @Mauri_Zapata