noviembre 23, 2024
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Emanuel Varela

Lecciones

septiembre 8, 2023 | 436 vistas

El tema de ésta semana lo inspiró mi hija. Tengo dos hijos, una niña de seis años y un niño de tres años.

 

 

El fin de semana pasado, el domingo, mi niña se levantó a las 9:00, vio su programa de tv favorito, se vistió con su vestido favorito, fuimos a almorzar su comida favorita, la llevamos a uno de sus lugares favoritos, comimos su comida favorita y después de que se terminó la comida puso su cara sobre sus brazos, se acostó sobre la mesa y dijo: Papi, estoy aburrida, porque no me has llevado a tal lugar…

 

Para la mayoría de nosotros, que no hemos tenido una vida tan padre, con padres ejemplares, hermanos ejemplares y una sociedad ejemplar; alcanzar la alegría y tranquilidad en nuestro ser, se vuelve un verdadero reto; más aún, tienes que entender que la tranquilidad no se alcanza una vez que has satisfecho todas las circunstancias de las cuales habló mi hija.

 

La alegría y tranquilidad estables, spn un proceso activo, que requiere de gran capacidad de tu limitada atención. Éste proceso activo se llama GRATITUD.

 

Gratitud implica aceptar lo que ocurre en la vida y asumir que esto ocurre “gracias a” ése algo que se encuentra tejiendo nuestros caminos.

 

Los niños lo aprenden por ejemplo y por medio de palabras. En el caso de mi hija, lo que hago es antes de dormir, hacer una oración y simplemente hacerle recordar qué es lo que le ha gustado, y lo que no le ha gustado del día.  Esto con la intención de que no deje de lado lo “malo” y también enseñarle a que aprenda de lo que no le gusta. Cuando se le enseña el valor de lo “malo” hace un ejercicio de aprendizaje que le hará crecer. Después del aprendizaje de lo negativo, y después de lo positivo, damos gracias al Padre que nos ha permitido un día más.

 

Quizás en el proceso de reflexión que hagas por la noche, salgan cosas muy dolorosas con las que no puedas lidiar tu solo, te sugiero que abras tu corazón, recuerda que no estás solo y hables con honestidad.

 

Cuando agradeces, te das la oportunidad de salirte de ti mismo, de tus necesidades, de tu sufrimiento, de tus pensamientos, y le das la oportunidad al otro y a las circunstancias de poder regalarte algo, de poder empatizar con los demás y conectarte con ellos. De alguna forma la gratitud es contraria al egoísmo, porque te hace recordar que no todo está en tus manos, te recuerda que existe en función de las circunstancias y de las personas que te rodean. Dejas de ver todo como “bueno” y “malo”, simplemente te vas acercando poco a poco a lo que “es”.

 

Cuando logres esto, estoy seguro de que dormirás tranquilo.

 

Quedo a tus órdenes en [email protected]

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