Demasiado emotiva la que ya es la edición 96 de la entrega del Oscar o será que todos somos otros después de la pandemia, todo nos llega más, nos conmueve más, pero independientemente de ello por supuesto que tuve sus grandes y característicos momentos a diferencia de otras ediciones y vaya que las aplaudo.
En primer lugar, es la primera entrega en toda mi vida me atrevo a decirlo, que veo desde que inicia hasta que termina, no me perdí ni un minuto de ella y vaya que duró varias horas, creo que es parte de las ventajas de estar en recuperación sin salir, caminar, por cierto, no es nada malo no se me preocupen, simplemente una operación a la que tuve que someterme y en donde es necesario el reposo total.
Pero créanme que le busco el lado bueno, repito, en toda mi vida jamás había estado quieta ni por minutos, ni por horas mucho menos por semanas, ni cuando había covid, gracias a Dios nunca me atrapo el condenado virus, pero a lo que voy es que tienes tiempo para ver, para analizar, para pensar, etc y así de pasadita me olvido de cualquier sensación de dolor y no siento los días tan largos, aunque si lo sean.
A ti que también viste el domingo esta entrega del Oscar, te pregunto ¿Qué te pareció esa parte en donde cinco actores consagrados presentan a los 5 actores nominados a mejor actor mencionándoles cara a cara cada una de sus habilidades, fortalezas y como fueron parte clave en sus respectivas películas?
Que hermosura de dinámica, tengo que decirlo, ejercicio que regala motivación, que engloba admiración, que pasa en México, jamás verás algo parecido, verás competencia, envidia egocentrismo, etc.
Lo mismo se hizo en el premio a mejor actriz cada actriz consagrada le dedicó unas palabras a cada nominada, solo hay un ganador, pero con esa simple y grandísima dinámica todos se sintieron ganadores y estoy segura que lo son, pero sabemos que solo puede ganar una persona.
No se diga del fragmento «In memoriam” con la magistral interpretación de Andrea Bocelli y desconocía totalmente que su hijo siguió sus pasos, bien por el por ese reto tan grande de seguir los pasos de su padre y ahora ser capaz de cantar junto a semejante figura pero ya que estamos hablando de interpretaciones, el momento de la noche sin duda alguna fue cuando Ryan Gosling, el Ken de Barbie sorprendiéndonos con algo tan inesperado y que toda una generación le agradece, estoy hablando de la aparición del legendario Slash, no se puede hablar de música sin mencionar a uno de los más grandes guitarristas contemporáneos, estoy segura que esa generación que ya no tiene el privilegio de escuchar leyendas ni canciones con las que creció, revivieron con estos minutos, no me dejaran mentir que con la música de hoy hasta queremos taparnos las orejas, no culpo a los millenials ya que ellos no tienen manera de comparar, pero nosotros que crecimos con lo que nuestros papas escuchaban claro que comparamos y es por eso que podemos medir el bajo nivel de calidad de lo que se escucha hoy en día, simplemente que no se confunda lo más escuchado con lo bueno, no por ser viral es un buen material.
Se dieron cuenta de lo gris que se veía Margot Robbie, quien encarnó a Barbie, es evidente que escogió su vestuario según su participación en la entrega que, tristemente fue nula, como es posible que Barbie arrasara el año pasado en taquilla y ella no fuera una de las protagonistas de dicha entrega.
Pero ya para terminar, hablando de cosas tristes y que se asomaron en el Oscar, lo más triste de todo y algo que no se vio fueron los más de mil manifestantes que se postraron a las afueras del recinto Dolby momentos antes de la ceremonia exigiendo un alto a la guerra entre Israel y Hamas, muchos actores optaron por dejar sus camionetas y llegar a pie dada la situación mientras escuchaban el mensaje “Mientras miras, caen bombas”.
Que contradictorio que el tema que predomino y arrasó fue una película que habla de la bomba atómica, ganando múltiples estatuillas, cuanta sabiduría engloba la frase “congruencia entre lo que se piensa, se dice y se hace” duele decirlo, pero el mundo no ha logrado ser congruente ni con lo que piensa, ni con lo que dice y mucho menos con lo que hace, el día que se logre, solo a partir de ese día estaremos viviendo en un mundo distinto.
X: @DhenaMansur