El pasado uno de marzo de 2024 iniciaron las celebraciones del Mes de la Educación Especial e Inclusiva, este tema siempre ha sido un parte de mi formación como especialista, el año pasado me tocó por primera vez ver el panorama desde la burocracia y fue también el primer año en el que se agregó la palabra inclusión de una manera activa en la oración.
Para los docentes de educación especial, la educación inclusiva se centra en cómo podemos apoyar las capacidades y las necesidades de cada uno de nuestros estudiantes y de todos los que conforman la comunidad escolar para que se sientan bienvenidos y seguros, para que logren alcanzar el éxito, y logremos acciones educativas que den respuesta de manera asertiva a la diversidad.
Para los docentes de aula, la educación inclusiva es más trabajo porque la atención a la diversidad no es sencilla, pero la verdad es que no se trata de 38 maneras de trabajar (en el supuesto que tuviésemos 38 alumnos) sino de identificar las posibilidades que tenemos de atender los intereses y necesidades de nuestros alumnos. No se trata de más trabajo sino de hacer las cosas de manera diferente.
Aunque algunas veces he visto este periodo (actividades del mes de marzo y de Educación Especial en general), como una fiesta también es usado como reconocimiento del trabajo que los servicios de Educación Especial realizan a lo largo del año y a veces como pancarta de luchas sociales. Este año no será así, puesto que este primero de marzo también iniciaron las campañas políticas y con ello la veda.
Se conoce como “veda electoral” al periodo en el cual los funcionarios públicos y autoridades en México se abstienen de realizar propaganda, publicidad y cualquier tipo de actividades que puedan ser interpretadas como intentos de influir en las preferencias políticas de la ciudadanía.
Si bien la veda electoral implica una serie de restricciones para las autoridades de todos los niveles de gobierno —municipal, estatal y federal—, quienes deberán abstenerse de realizar acciones como actos públicos (como la inauguración de obras) y partidistas por parte de los funcionarios, o entrega de apoyos económicos que podrían afectar la decisión de los votantes, como docentes también tenemos está responsabilidad.
Es sencillo ver partidos políticos entrando a las escuelas y promoviendo sus actividades, pero ¿cuál debe ser la postura del docente?
Es verdad que todos somos humanos y tenemos derecho a participar de cualquier alianza política que se alinee con nuestros ideales, también es cierto que no debemos influir en nuestros alumnos o en nuestra comunidad escolar y menos en horario laborar… así que ojo con eso.
Consciente de las limitaciones que este periodo tiene, la Autoridad Educativa toma medidas, como adelantar la entrega de pagos o apoyos a beneficiarios de programas sociales y demás. Pero como docentes hay actividades que siguen su curso con el ciclo escolar.
Esta disyuntiva entre la política y educación siempre me ha causado conflicto. Este proceso electoral más, pero no considero que tener o no una postura debería ser algo oficial o institucional, sino más bien una coherencia entre nuestras acciones y nuestras ideologías, sean cualesquiera que sean.
En mi caso la construcción de una sociedad más incluyente, igualitaria y de derechos. Como en el caso de la conmemoración del 8M, que como docente exige una postura, somos nosotras quienes educamos a las niñas de las siguientes generaciones y es gratificante ver la libertad que tienen y que nosotros no tuvimos.
Honestamente, para que en México se desarrolle favorablemente la inclusión escolar y se acepte la diversidad en la educación, lo mas importante es ese compromiso docente para poder llevar a cabo la labor de la concientización y la mejora de la calidad educativa para que los alumnos sin importar su contexto, adquieran y desarrollen habilidades para un aprendizaje que le sirva para toda la vida.
Una de las mayores enseñanzas es el respeto por la diversidad, la igualdad de derechos y la construcción de una sociedad mas incluyente.
Gracias maestras por su esfuerzo diario y “feliz día de la mujer” porque, aunque no nos gusten las felicitaciones es simplemente para reconocer los pasos que hemos dado y que con orgullo seguimos en el mismo camino.