Melitón Guevara Castillo
Prometer, bien lo dicen, no empobrece y eso lo hacen muy bien los candidatos, sobre todo los presidenciables. Elección tras elección hay promesas que son, promesas de campaña, que se olvidan al momento de ejercer el poder. Por eso, en más de una ocasión, al candidato le piden que regrese, sí, después de recibir el voto y ganar, que regrese a cumplir lo que ofrece. Por algo, los expertos nos dicen, que los candidatos siempre engañan con sus promesas.
Y es que, tomando de referencia el caso de AMLO, como opositor e incluso como candidato presidencial una y otra vez reiteró que los militares regresarían a sus cuarteles; y, oh sorpresa, no los metió, los sacó casi por completo, ahora además de cumplir con tareas de seguridad pública, también construyen hoteles, aeropuertos, los administran y, hace poco, el Presidente anunció que también le van a dar mantenimiento a las carreteras. Y la promesa que nadie cumple, es el combate a la corrupción.
CLAUDIA Y XOCHITL
Escuchar las promesas tanto de Claudia como de Xóchitl hasta pierde uno las ganas de ir a votar. No me cabe la menor duda que ambas son triunfadoras al lograr una nominación presidencial, tienen formación distinta y, sin embargo, en su praxis política no encuentran como llegarle a la gente. Claudia, por ejemplo, en cada momento repite que va a construir el segundo piso de la 4T, es decir, que va a cumplir el compromiso de hacer realidad el anhelo de AMLO: continuidad con cambio generacional.
Por su parte, veo o leo que Xóchitl no logra encontrar un perfil que vender: dice que no representa a ningún partido; y la ironía en las caricaturas que es Alito como Marko, los líderes del PRIAN, también afirman que ellos no tienen candidata. Xóchitl con sus ocurrencias solo da cuenta ir sin rumbo y sus respuestas espontaneas no le ayudan, como sus comentarios a que Claudia a sus 60 años no tenga una casa, pague renta, pues. Claudia ofrece más de lo mismo; pero Xóchitl, aun no logra darle forma a una propuesta real de gobierno.
GEÑO, CABEZA Y ARTURO
Las campañas dan muestra del humor, del ánimo y de las emociones o sentimientos de los candidatos. Cuando Eugenio Hernández Flores vivió nuevamente la libertad anunció que viviría en su casa, disfrutaría a su familia, que no tenía rencores con nadie. Y de pronto, lo convencieron pues, se convierte en candidato a senador por el Verde; y va recorriendo el Estado, reuniendo con grupos de amigos, que le refrenda lealtad y apoyo. Y hace días, en Xicoténcatl, acabo con una cabeza, se veía que el hacha tenia filo… ¿mensaje subliminal?
Efectivamente se entendió el mensaje de Eugenio el candidato. Todos sabemos, difícil ignorar, quien o quienes son sus enemigos políticos. Y en este caso, el más visible es Francisco Javier García Cabeza de Vaca, que ya no ve ni sabe de dónde viene el trancazo, no dice nada, no hace promesas, solo actúa: en el proceso interno de su partido se vio su mano, su presencia está garantizada al estar en la lista plurinominal a diputado federal. Sufre el embate de sus adversarios, que lo quieren ver acabado, muerto políticamente, de ahí que se recrudezcan los señalamientos legales en su contra.
En este contexto de candidatos, sobre todo de senadores, observamos como Arturo Núñez Ruiz, el candidato del otrora poderoso PRI, anda recorriendo el Estado, persiguiendo el voto de los ciudadanos, con el sueño de que su partido va a recuperar terreno y puede dar el salto a un triunfo. Difícil meta, pero a nadie le hace daño soñar que así puede ser. En todo caso, muestra que es consecuente con su militancia partidista.
MÓNNICA.
¿Qué es más fácil? Que el alcalde con licencia de Victoria gane la reelección o que Mónica Villarreal le arrebate al PAN la alcaldía de Tampico. Durante 6 años se nos dijo, se nos repitió, que el trabajo de Jesús Nader como Presidente Municipal fue impecable, que fue uno de los mejores gobernantes municipales del país y que, por tanto, es difícil que pierdan la plaza. Hoy, sin embargo, nos cuentan que Mónica ya lleva ventaja en las encuestas; y que Nader, ¿cierto o no?, que no hace nada, porque ya le garantizaron inmunidad para sus cuentas públicas.
Y en el caso del victorense siempre se le ha reconocido la construcción de una estructura política-electoral en la ciudad, esa que moviliza e induce el voto a lo largo y ancho del municipio; y que, de no ser el candidato, se corría un riesgo; además, el pero que le ponían era que, efectivamente, salía bien en las encuestas, pero que tenía muchos negativos. Hoy ese personaje ya es candidato, ya hace campaña, y tiene que demostrar en los hechos que, efectivamente, los del frente no traen nada…, al menos una y otra vez lo dijo. Lo cierto es que Oscar Almaraz será un hueso duro de roer.