Siendo sinceros y enfocándonos simplemente en la verdad, de nada servirá abstenernos de comer carne, leer y leer cada versículo de La Biblia, o acudir a misa si por otro lado en cada oportunidad nos comemos con los comentarios a cuanta persona conocemos, tan simple como eso.
No pretendamos balancear con buenas acciones, las malas acciones que también tengamos porque, repito, de nada servirá, al contrario, solo culpa y arrepentimiento nos traerá.
Superamos el encierro de años pasados, en los que nos invadía el miedo, la incertidumbre, en los que el covid 19 era un monstruo que llego a cambiar el mundo y nadie sabía si la libraría o no y buscábamos más a Dios por estar vulnerables, temerosos o incluso enfermos.
Pero ahora que todo ha cambiado yo te pregunto ¿Sigues buscándolo? ¿No te has puesto a pensar que él se da cuenta de que solo lo buscas cuando lo necesitas? Lo primero que pensamos en semana santa es ¿a qué playa iré ahora? ¿Cuántos días me darán de descanso en el trabajo? ¿Llegó la prima vacacional? ¿Me alcanzará para hacerle a mi casa los detalles que necesita? ¿Hasta cuándo tenemos vacaciones?
Cuando en realidad las preguntas deben ser estas:
¿He entablado un dialogo con Dios aun cuando nada me hace falta?
¿Sigo sin hablarle a esa persona que sé que no soy de su agrado?
¿Tuve gestos de generosidad con quien sé que ha batallado económicamente?
¿Pienso en las demás personas o solo pienso en mi misma?
¿Practico la humildad y la sencillez o caigo en la arrogancia y el egoísmo?
¿La relación con mis padres es buena?
¿Ayuno en malos pensamientos y en acciones que afecten al prójimo?
¿Mi corazón está abierto por doquier?
¿Evito el rencor y procuro no romper el vínculo con mi círculo familiar?
¿Pienso antes de juzgar y de difamar a alguien para no perder dicha amistad?
¿Lejos de actuar como víctima primero acepto y tomo el lugar que me corresponde según mis acciones hacia las demás personas?
¿Evito ser egocentrista y me intereso por lo que le sucede a los demás buscando ser empática?
Es por eso que te repito, claro que es importante dejar de comer carne en estos días santos, es un acto de respeto como fiel creyente, pero créanme que a Dios no le importara en lo absoluto si no ayunaste, pero en lo que si se fija es en que tu manera de actuar sea lo más parecida a él, de lo contrario lo ofenderás enormemente al seguir enemistándote con cualquiera de sus hijos a pesar de haber realizado un ayuno de carne total.
Así que la decisión es opcional, jamás obligatoria, pero eso si siempre eterna y no solo en semana santa sino todos los Dios del año.
Abstengámonos no solo de carne, sino de realizar cualquier acción que sabemos que Dios jamás haría. Él quiere que lo busques, que seas humilde, y que tengas un corazón abierto por igual, jamás selectivo, ya que solo así le permitirás guiarte y moldearte para que él siga haciendo de ti lo que siempre has sido para él y eso es: SU OBRA MAESTRA.
Y no podemos concluir sin las recientes palabras del Papa Francisco: “Esta semana puedes comer lo que sea” el sacrificio no está en el estómago, sino en el corazón. Al enemistarte con tu hermano, con tu prójimo en realidad a quien se lo haces es a Dios, así que menos arrogancia y más humildad de corazón, la más simple tarea y la que mayor beneficio traerá a la humanidad.
¡Felices Pascuas!
X: @DhenaMansur