En Tamaulipas acaba de declararse el fin de la emergencia sanitaria por coronavirus. Aclaro que es el fin de la alerta para no confundirlos, no el fin del covid 19. Este será un padecimiento que continuará entre nosotros con la posibilidad de aparecerse de vez en cuando. Quienes sí se vacunaron no tienen nada que temer pero quienes no estarán más expuestos a poder ser hospitalizados por padecerlo.
Vámonos ahora con las afectaciones en el ser humano, la situación general en los países y sus localidades ha afectado el día a día de las personas jóvenes pues 46 por ciento reporta tener menos motivación para realizar actividades que normalmente disfrutaba y un 36 por ciento se siente menos motivada para realizar actividades habituales. Es tan fácil notarlo, las personas se perciben apáticas, tristes como zombis.
Se ha observado de hecho un aumento tanto en la depresión como en la ansiedad y, por su parte, los trastornos de la alimentación han aumentado de una forma nunca antes vista. Solamente en el año 2021, en las salas de emergencia se vio un aumento superior al 30 por ciento de los casos relacionados con la salud mental.
Vaya que la pandemia vino a afectarnos de tal manera que ya no podemos ser los mismos, queremos encerrarnos, nos acostumbramos a no salir y de diez compromisos solo vamos a uno y ahora que ya no hay ni restricciones pero somos nosotros los que nos resistimos, nos acostumbramos también a ver a menos personas, a convivir menos. Simplemente al momento de manejar ya ni somos amables con el de alado. Por eso hoy a tres años y meses de que iniciara este desajuste a nivel mundial les pregunto ¿Qué nos pasó? ¿En quién nos convertimos? Nuestro nivel de tolerancia bajo, nos engentamos con mucha facilidad, nos deprimimos, estamos ansiosos, en fin, no somos los mismos.
Al inicio de la pandemia mucho se decía que al salir de esta nos marcaria a tal grado que habría un antes y un después y hasta seriamos mejores personas.
Valoraríamos mucho mas nuestra vida por el riesgo de perderla, valoraríamos a cada uno los miembros de nuestra familia por contar aun con ellos y poder tenerlos después del eterno encierro. ¿Cómo va tu vida? ¿La valoras en realidad? ¿Cómo tratas a tu prójimo?
¿A cada uno de los miembros de tu familia los valoras? ¿Los procuras? Celebras el hecho de haber sobrevivido a la pandemia convocando por igual y sin motivo a cada uno de los miembros de tu familia reconociendo que pudimos haber perdido a cualquiera de ellos en este periodo de tiempo? Muchas familias enlutadas continúan viviendo este triste y difícil proceso, muchos incluso continúan viviendo con secuelas tan difíciles de sobrellevar.
Si no es tu caso celebra que sobreviviste valorando que estás vivo y que tu tesoro más preciado es decir tu familia también lo está. Disfruta, ríe, baila, no dejes de saludar, no dejes de acudir a todos y cada uno de los lugares a donde te inviten, no te deprimas, no dejes que la ansiedad o el estrés gobiernen tu vida, no te encierres, sal mientras puedas.
¡No te preocupes, ocúpate¡
Ya no tenemos que estar encerrados como se nos pedía, no olvides que todo en esta vida tiene solución menos la muerte y si seguimos aquí es por algo, es por esa misión que Dios tiene para ti, si ya la descubriste abrázala y en el otro caso, si aún no sabes cuál es, sal al mundo que ya nos vuelve a recibir con los brazos abiertos y que espera decirte el porqué de tu llegada a él, ¡Dejémonos sorprender que a eso venimos!
Twitter: @DhenaMansur