En los procesos electorales la incertidumbre o certidumbre se modifica en relación al sistema de partidos. En aquellos donde solo hay un partido, partido único, de que gana gana, no hay de otra. Y cuando el sistema es bipartidista, como en Estados Unidos con los Republicanos y los Demócratas, uno gana y el otro pierde, nos enteramos el día de la elección. Pero ahí, como en México, que el sistema es pluripartidista, la certidumbre de ganar va en relación a si hay un partido predominante, como es el caso de Morena; pero, y los otros, los que saben que van a perder, ¿a qué le tiran? ¿Acaso siembran en el desierto?
Para la elección del 2 de junio, si nos atenemos a las encuestas, va a ganar Claudia Sheiunbaum, a menos que haya algo insólito, increíble. Por ejemplo, Jorge Álvarez Máynez, desde un principio estableció como meta ganar el segundo lugar, es decir, alcanzar a Xóchitl. En pocas palabras, está convencido de que difícilmente puede ser electo como el próximo presidente de la república. El esquema se repite en el resto de las candidaturas: hay quienes saben, están convencidos, de que van a perder: ¿están arando en el desierto? Yo creo que no.
ÁNIMO Y ÁNIMO EN CAMPAÑA
Al circunscribirnos en Tamaulipas estamos convencidos de que, tanto en la frontera, como en el sur y el centro de la entidad, el contexto político puede ser diferente, si nos referimos a las elecciones de los Presidentes Municipales o de los diputados locales. Otro contexto es muy diferente, si nos enfocamos a los candidatos a senadores. La percepción inicial, que aún persiste, es que Olga Sosa y José Ramón van en caballo de hacienda. Olga es garantía de trabajo, así lo ha demostrado cuando ha sido diputada local y federal; en el caso del J.R., hasta la fecha no sabemos que ha realizado como Senador, recordemos que se está reeligiendo.
Me llama la atención dos candidatas: Cendy Robles y Andrea García, del PT y del M.C. respectivamente. Recordemos que el PT en lo general es parte de la 4T, pero en esta ocasión por el famoso plan C, compiten por separado. En fin, a lo que voy es que una y otra están desarrollando una actividad inusitada, andan por todos lados, en campaña, se reúnen con colonos, con campesinos… es para pensar que están completamente convencidas de que pueden ganar la contienda, claro, para eso se inscribieron. Solo que, conociendo el contexto, la realidad, es imposible que ganen: ¿están arando en el desierto? Creo que no.
GEÑO Y ARTURO
En cierto momento Eugenio Hernández Flores estableció que se dedicaría a la familia y a los amigos, a disfrutar el presente y el futuro, aseguro que no había planes de participación política. De repente, todo cambio: se convierte en el candidato a senador por el Verde y, se explicó, es parte del plan c, de AMLO: ganar la mayoría de los senadores y tener la capacidad, entonces sí, de hacer lo que quiera con la Constitución. ¿Qué motivo que Geño sea candidato? La cuestión es que tiene, o le dieron, una meta: ganar la elección y mandar al diablo a la oposición, al PRIAN, quitarles la senaduría de minoría.
Cuando conocimos el dato de que Arturo Núñez Ruiz se convertía en la opción priista para la formula senatorial, se adujo de inmediato: ¿se lo pidió su amigo Alejandro Moreno? Cierto o no, el hecho es que Arturo está desarrollando una actividad a lo largo y ancho de la entidad, como si fuera a ganar la elección. En realidad, la expectativa es que, junto con Imelda Sanmiguel (PAN) ganen la senaduría de primera minoría. Se complica porque Geño está haciendo todo lo posible por quitarles esa oportunidad.
CAPITAL POLÍTICO
Estoy convencido de que Cendy Robles, Andrea García y Arturo Núñez, entre otros, no están arando en el desierto. Están en una trinchera partidista, haciendo trabajo político, activismo y proselitismo en un proceso electoral, que va a tener el día de la elección un resultado: votos para su respectivo partido, votos que van a servir para medir la fuerza partidista y, además, para posicionar victorias plurinominales tanto para la Cámara de Senadores como la de Diputados. Por eso, así sucede siempre, los líderes partidistas encabezan las listas plurinominales, otros trabajan para que ellos sean los ganones.
Y en el caso particular, de cada uno de ellos, vale consignar que Arturo ya tiene un trabajo en su partido. No así Cendy ni Andrea. La primera, vaya pues, por primera vez participa como candidata; el caso de Andrea, pese a que ya fue senadora (suplente) en funciones, igual. Y en todo caso, con su activismo, con su proselitismo, están construyendo un capital político que, después de las elecciones, se puede fortalecer si continúan haciendo trabajo partidista. En política, no todos tienen la suerte, de ganar a la primera.
NUEVA POLÍTICA
Recuerdo el caso de Cuauhtémoc Blanco. Se difundió que lo habían contratado para que fuera candidato a la Presidencia Municipal de Cuernavaca; que le habían pagado 7 millones y gano. Y luego gano la gubernatura de Morelos y ahora será diputado federal. Fue, como diría Maquiavelo, producto o consecuencia de la suerte política. Pero no todos tienen ese beneficio: por eso deben trabajar, formarse una imagen y construir un capital político.
Andrea García en las veces que la han entrevistado ha sentenciado que la nueva política de MC es para cambiar la praxis política. Que los jóvenes, que son mayoría, pueden cambiar el rumbo de una elección. Y es cierto, solo que para hacerlo es preciso, en principio, que voten; y si van a votar, lo harán por una opción que vaya acorde con sus expectativas de gobierno. Creo que el mejor ejemplo de trabajo político lo tienen en AMLO: trabajo 18 años para alcanzar la Presidencia de la Republica y quiere ser recordado como el mejor Presidente.
No harán en el desierto, si son consistentes y continúan, mas allá de las elecciones, en su trabajo político-partidista.