abril 18, 2025
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Rogelio Rodríguez Mendoza

Tamaulipas y el trumpismo

enero 20, 2025 | 153 vistas

Rogelio Rodríguez Mendoza

 

El inicio del segundo periodo de Donald Trump al frente de la presidencia de Estados Unidos, intensificó la incertidumbre que agobia a las autoridades mexicanas, y por supuesto a los ciudadanos, desde que se confirmó el triunfo electoral del republicano.

Sin embargo, es en los estados fronterizos donde más se siente esa incertidumbre, lo cual se entiende porque serán los primeros en resentir las consecuencias de las políticas que dicte el nuevo mandatario estadounidense.

Tamaulipas es, por supuesto, uno de esos estados donde la preocupación es mayor, sobre todo por ser uno de los principales y más recurridos cruces de migrantes hacia esa nación, pero también por ser una de las fronteras preferidas por los carteles criminales para llevar sus drogas y estupefacientes hacia aquel territorio.

Por el río Bravo y por los mismos puentes internacionales ingresan cada día a Estados Unidos cientos o miles de migrantes, uno de los fenómenos que Trump prometió a sus electores frenar inmediatamente a costa de lo que sea.

Una promesa que, no tengo ninguna duda, va a cumplir y para lo cual desde este mismo 20 de enero ordenó suspender el sistema de solicitudes de asilo político. Una medida que de inmediato tuvo sus efectos, porque dejó varados en el territorio tamaulipeco a miles de migrantes que estaban esperando que se llegara el día y hora en que estaban citados. Entre ellos hay migrantes de diversas nacionalidades, pero particularmente centroamericanos.

Por supuesto que la migración no se va a detener por decisión de un gobierno. El fenómeno prevalecerá, con la diferencia de que ahora todos esos que querían entrar con permiso a Estados Unidos lo intentarán ahora a través del río Bravo.

La consecuencia la enfrentarán los municipios fronterizos porque volverán a estar “inundados” de extranjeros que, a costa de lo que sea, irán tras el famoso “sueño americano”. Una “inundación” que agravará la situación de inseguridad pública de ciudades como Matamoros, Reynosa, Nuevo Laredo y otras de la llamada frontera chica.

También impactará con dureza a Tamaulipas la decisión presidencial de declarar como terroristas a los cárteles mexicanos, porque por esta parte de México entra a Estados Unidos mucha de la droga que se consume allá.

Que las organizaciones criminales mexicanas sean catalogadas terroristas facultará al gobierno vecino a emprender acciones para combatirlas. Acciones que van desde el envío de tropas militares o policiales encubiertas hasta medidas para destruir su infraestructura internacional.

Es muy probable que algunas de las primeras acciones contra los cárteles mexicanos las comencemos a ver en entidades como la nuestra, y no transcurrirá mucho tiempo para que eso suceda.

Por todo ello, insisto, Tamaulipas y el resto de los estados fronterizos serán los primeros en resentir la era trumpista. Así que, preparémonos para lo que viene.

Por cierto: ¿Por qué enoja o asusta tanto al gobierno mexicano que los cárteles sean declarados terroristas? Por el contrario, las autoridades y los mexicanos en general deberíamos estar gustosos de que alguien venga a ponerle freno a quienes tienen a medio país en medio de un baño de sangre, y sometido a un entorno de pesadilla y miedo con casi 200 mil personas asesinadas y cien mil desaparecidas tan solo en los últimos seis años.

Está demostrado la incompetencia del gobierno mexicano para contener la violencia criminal, que por el contrario cada día se extiende más, por lo que, en vez de rasgarnos las vestiduras, con el pretexto de la soberanía nacional, deberíamos facilitarles las cosas a los estadounidenses para que tengan éxito en su encomienda.

Es la única alternativa de pacificación para México. No hay otra. ¿O sí?

ASÍ ANDAN LAS COSAS.

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