Diego López Bernal.-
El Presidente de la República tuvo una gira de verdadero apapacho la semana pasada en Tamaulipas, uno de sus estados consentidos desde que su partido sacó al PAN a patadas del Gobierno del Estado, por eso las palabras hacia el Gobernador volvieron a fluir generosamente en el mensaje político del tabasqueño en nuestras tierras. ¡Faltaba más!
Chequen el mensaje de ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR: «Desde luego sigue habiendo problemas y se tienen que seguir atendiendo, pero el problema ya no es el Gobierno, ahora el Gobierno se convierte en parte de la solución de los problemas y felicitaciones a la gente de Tamaulipas». Nombre, en serio que nos conmueve el Presidente con la miel derramada.
Y es que contrasta con la hiel destilada en su última aparición pública junto al exgobernador. Se nota claro que al Ejecutivo federal tiene una relación de altísimo nivel con AMÉRICO VILLARREAL ANAYA porque hizo la hombrada de ganarle la partida electoral a FRANCISCO GARCÍA y su pandilla, pues el error de CÉSAR VERÁSTEGUI, el candidato perdedor del PAN, fue no desmarcarse totalmente de CABEZA DE VACA. Aquí lo dijimos una y otra vez durante la campaña y después de ella. ¿Lo recuerdan?
Por eso es comprensible el ánimo obradorista hacia el Gobernador y los tamaulipecos que votaron por el Movimiento de Regeneración Nacional, que ya gobierna prácticamente toda la entidad, salvo contados municipios entre los cuales solo destaca Tampico. Sin embargo, algo debe de estar haciendo mal Morena porque la aprobación que le dan los ciudadanos a LÓPEZ OBRADOR no va en concordancia con esta relación de altísimo nivel entre Federación y Estado. Veamos una encuesta al respecto.
Resulta que en Tamaulipas solamente el 57.9 por ciento aprueban la labor de ANDRÉS MANUEL hasta el mes de mayo pasado. El dato no es del todo malo porque el promedio nacional fue de 58.0 por ciento; pero ¡Ah que los imprudentes peros! Resulta que este porcentaje descendió 3.5 puntos con relación al mes de abril y la aprobación en esta entidad es la número 19; es decir, hay 18 estados de la República en donde quieren más al Presidente y solamente 12 en los que menos lo avalan. ¿Qué le falta al morenismo en Tamaulipas para revertir esto?
Ya lo hemos dicho con anterioridad. AMÉRICO VILLARREAL trabaja incansablemente de la mano de la Federación para contrarrestar el mal gobierno panista que terminó en septiembre pasado y el Gobernador no pierde oportunidad de potenciar la marca de la Cuarta Transformación. Claro, el inicio del sexenio fue complicado y los funcionarios del americanismo se han encargado de señalar todos los días a la anterior administración, pero no ha sido suficiente para revertir el descenso de la popularidad de AMLO en la entidad. ¿Entonces?
En nuestros recorridos por la entidad contrastan el desarrollo y la calidad de vida de Tampico con Matamoros o Reynosa, admitiendo que tenemos tiempo de no poder visitar a la paisanada de Nuevo Laredo. Pero ahí mismo, en la zona conurbada del sur, contrasta también demasiado cuando dejas el municipio de Madero para entrar a los terrenos del puerto gobernador por el panista CHUCHO NADER. ¿A poco no? Por eso creemos que eso es lo que le falta a Tamaulipas, que los alcaldes hagan la chamba de manera puntual y no se queden en puro blof (y menos que se conviertan en administraciones cuestionadas por el mal uso de los recursos públicos que envía la Federación).
Esta es otra realidad: La gente ya no se traga tan fácilmente los discursos. Cuando los victorenses vean la maquinaria construyendo la segunda línea del acueducto verán cómo mejora la percepción hacia el Morena Team; cuando las calles luzcan con maye en Matamoros o Reynosa verán también mejores resultados (deliberadamente omitimos mencionar a la región cañera, bajo dominio político del clan trukero, de donde surgió la idea de la mención a la frase de ya sabe quién). ¿Entonces, qué le falta al morenismo tamaulipeco para apuntalar la famosa 4T?
Hecho está. Ya le hacía falta a Tamaulipas, quienes son tamaulipecos saben cómo se padeció muchos años en la historia reciente de malos gobernantes y ahora llega al gobierno un hombre íntegro, honesto, de buenos sentimientos y eso es una ventaja”. Definitivamente se necesita algo más que buenos mensajes de AMLO. Aún muchos espectadores aplaudimos su determinación y afinidad con nuestra entidad, ¡faltaba más!