Dhena Mansur.-
Muy buenos días queridísimos lectores, para todos aquellos que ya se encuentran disfrutando de un descanso en este periodo de verano, espero que lo aprovechen, que lo disfruten para que regresen con las pilas bien recargadas.
En esta ocasión hablaré de lo que todos están hablando y no es nada nuevo eso es lo más lamentable.
¿Cuántas veces nos hemos detenido a observar como si fuera un show cada uno de los espectáculos que los legisladores nos regalan en sus sesiones? Tal parece que hasta lo planean para mantener al público cautivo y atento. Pero sigo sin entender por qué solo vemos, reímos, algunos se espantan, otros se indignan, pocos buscan qué hacer al respecto, pero ¿y el pueblo?
¿Ese como para cuándo tendrá respuesta a sus peticiones?
Hagamos un recuento y no son de hoy las broncas, estos pleitos que nos dan la verdad mucha, pero mucha pena, que si unos pierden la Jucopo que si otros la recuperan, que si el PAN que si Morena. NO SALEN DE ESO.
Cuál fue el momento, quisiera yo saber, en el cual se autorizó que en un recinto de tal magnitud como el Congreso del Estado se pudieran dar bofetadas, empujones, golpes hasta objetos de vidrio estrellados por lo mismo. ¿Por qué se permitió llegar a este punto y en qué momento?
Es obvio que aquí la tolerancia la pasividad ha sido mucha, desde la primera muestra de este tipo de conductas se debió haber puesto un alto rotundo y no permitir que tal recinto se convirtiera en algo tan similar a un ring. Pareciera que sienten que es lo que queremos ver cuando se necesita todo lo contrario, el pueblo sigue añorando que se le represente, que se gestionen por ellos recursos que siguen sin bajar y si no es por ahí ¿por dónde?
Tanta gente sin agua, arreglándoselas para poder comprar un tinaco, para poder pagar una pipa, aparte de cumplir con el pago carísimo de un recibo de agua que ni les llega, soportando sin luz el calor, y dichos legisladores lejos de pelear para que ellos vivan mejor, pelean entre ellos mismos, pero lo peor del caso es que se les pague por esto y sumamente bien.
¿Qué injusto no?
Dicen que es más malo el que ve la maldad y no hace nada al respecto, no podemos seguir tolerando estas faltas de respeto, sí así es son varias, fue una falta de respeto para el pueblo, fue otra para el recinto y cómo se sentirán los legisladores con tal conducta, lo que sí creo es que si se preocuparan por las personas que representan no se hubieran comportado así ni una sola vez, y contrario a esto ya fueron no uno sino muchos rounds.
Un verdadero Congreso soluciona, ve por la gente, cuestiona, dialoga, aterriza, baja recursos y tiene contenta a su gente. Pero si vemos el nuestro solo se me viene a la mente una lucha de poderes, o de egos y colores en donde los diputados quieren ser siempre los protagonistas.
Parece toda una contrariedad que fueran elegidos por el mismo pueblo, pero son ellos, lamentablemente, quienes están en una trinchera tan importante, pero que ahora por el uso que le han dado solo se ha convertido en una TRINCHERA IMAGINARIA.
Twitter: @dhenamansur