El cambio en el timón universitario finalmente se consumó. Fue el viernes pasado cuando DÁMASO ANAYA rindió protesta ante la Asamblea Universitaria como rector interino, tras ser propuesto por miembros del máximo cuerpo de dirección de la Universidad Autónoma de Tamaulipas y respaldado de manera unánime por todos ellos. Las cosas han sido claras desde el principio: La UAT trabajará en coordinación con el Gobierno del Estado.
Esto resultaba por demás obvio al ser un universitario que apenas un día antes aún era parte del gabinete del gobernador AMÉRICO VILLARREAL ANAYA, particularmente en la Secretaría de Desarrollo Rural, por lo que el hecho de que la Asamblea eligiera a un académico como el médico veterinario ANAYA ALVARADO consolida la necesidad de que la UAT navegue este camino con viento en popa, dado que existen algunos hechos posiblemente constitutivos de delitos que sucedieron en fechas recientes (amén de una bola de rumores que se agravaron en tiempos electorales).
Ahora bien, ¿muchos cuestionan por qué la Autónoma de Tamaulipas pasará a las manos del Gobierno estatal? No se trata de entregar la Universidad insignia de nuestro Estado a la administración gubernamental porque la autonomía no lo permite, y más vale no irnos confundiendo desde ahora porque eso lo tienen claro tanto AMÉRICO como DÁMASO. En todo caso sí le viene bien a la institución una revisión de fondo en materia de proyectos hacia donde se quiere llevar a la UAT, para que sea bajo la misma visión del mandatario estatal en turno, en aras de coordinar esfuerzos.
Los universitarios de la Asamblea así lo decidieron, es decir, dejaron en claro que confían en el nuevo rector para redireccionar la nave naranja en el mismo sentido que la transformación que ha emprendido la administración estatal. ¿Entonces GUILLERMO MENDOZA no iba con el mismo rumbo? Pues hasta ahora no han trascendido los motivos de su renuncia y el antecedente más inmediato sobre posibles hechos de corrupción en la UAT apuntan a funcionarios de su gabinete, no a él, pero habrá que esperar y no tratar de hundir la nave naranja con leña prendida de un sólo un árbol caído.
Por ejemplo. La Fecanaco de JULIO ALMANZA ya salió al paso para demandar auditorías a la gestión saliente y como sustento de su planteamiento tiene el libreto de rumores antes mencionado. ¿Y saben qué? Al Gobierno del Estado no le corresponde auditar a la UAT, esa es tarea que nunca deja de hacer la Auditoría Superior de la Federación. Imagínense, si el rector saliente era afín al cabecismo ¿a poco la Auditoría del Estado haría un buen trabajo? Cabe recordar que de sobra es conocido que dicho ente está aún bajo control de la corriente política panista que dejó la administración estatal el año pasado.
Hecho está. Por supuesto que una vez que el rector DÁMASO ANAYA realice los ajustes necesarios al equipo de la Rectoría habrá revisiones internas, que serán realizadas por ellos mismos, por los universitarios, y si encuentran algo que huela a delito será su responsabilidad interponer las denuncias correspondientes. Porque la buena relación de la que habló el Gobernador el sábado pasado, con la UAT, no es precisamente para desatar una cacería de brujas, sino para que nuestra Alma Máter navegue en aguas de la misma corriente transformadora. Por lo pronto, van aplausos a la Asamblea Universitaria por llevar a buen puerto este proceso.
COLOFÓN
¿Conoce usted a HORUS CESAR GARCÍA SÁNCHEZ? La verdad uno que anda de mirón en todos los foros de la vida pública tiene una vaga referencia de esta persona, pero es posible que pronto lo conozcamos mejor todos los victorenses pues es el único ciudadano que busca la candidatura independiente para ser alcalde de esta Capital. Bienvenido al ruedo electoral y se le desea éxito en sus intenciones, siempre y cuando estas sean buenas.