septiembre 19, 2024
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El Contador Tárrega

Cinco falacias

abril 29, 2023 | 396 vistas

El Contador Tárrega

(Falacia: argumento no válido o incorrecto, con apariencia de ser correcto).

Una amiga compartió un escrito que me parece oportuno mencionar en estos días en que las universidades están reiniciando actividades.

El título de la publicación era: “Cinco estupideces de los universitarios en México”. Como ese término me pareció un poco fuerte, lo he sustituido por falacias, ya que, ciertamente, son cosas que los estudiantes pueden, equivocadamente, creer que son correctas. Muchas de estas cosas coinciden con lo que les comparto a mis alumnos en las conferencias que les doy, por lo que en algunas partes combinaré lo que dice la publicación de mi amiga con lo que menciono en esas conferencias.

Primera falacia.- Pensar que las calificaciones son el objetivo de la universidad. No lo son. La mayoría de los sistemas de evaluación del país premian la memorización, no la creación, no la innovación. La mayoría de los sistemas premian tu nivel de retención. La mayoría de las pruebas están hechas para evaluar qué tanto estás de acuerdo con el criterio de tu profesor.

Yo se los expreso a mis alumnos con estas palabras en una de las conferencias: Para tener éxito en la vida se requiere mucho más que buenas calificaciones. Una mente adecuada es mucho más que un diploma enmarcado. Sean pensadores, y no repetidores de información. Si no pagan el precio, obtendrán el papelito, pero no la preparación para lo que la vida y el trabajo les demandarán.

Segunda falacia.- Creer que siempre serás lo que dice tu título. O como le digo a mis alumnos: Su título tiene fecha de caducidad. Lo que están aprendiendo hoy en la universidad tal vez ya no les servirá cuando salgan de ella. Así de rápido, de vertiginoso, es el cambio que ocurre en el mundo de hoy. La obligación de aprender no termina cuando sales de la escuela.

En otra conferencia, les comparto la experiencia del Dr. Rafael Rangel, rector del Tec de Monterrey quien, en visitas a empresas de Alemania y Japón, preguntó a sus respectivos directores: “Si yo fuera rector en una universidad en su país, ¿qué recomendación me haría para enviar a su empresa mejores profesionales?”. Para su sorpresa, la respuesta de ambos ejecutivos fue prácticamente la misma: “Enseñen a sus alumnos a pensar y a aprender por sí mismos. Además, enséñenles liderazgo y a trabajar colaborativamente. Todo lo demás, se los podemos enseñar en la empresa”.

Tercera falacia.- Pensar que estudiar en la universidad te hará profesional. Jamás serás profesional si llegas tarde a tus compromisos. Jamás serás profesional si buscas excusas para no presentar tu trabajo a tiempo. La única manera de ser profesional es tomarte en serio a ti mismo. Deja de subir tus borracheras a Facebook. Deja de seguir youtubers idiotas. Deja de creerte salvadora de las focas bebé en Canadá y ordena tu cuarto. La pulcritud te hace profesional. El respeto al tiempo de los demás te hace profesional. La ética te hace profesional. La constancia, la disciplina, el sudor de tu frente es lo que te hará profesional. Tu título, por sí solo, jamás te hará profesional.

No tengo comentarios sobre este punto. No hacen falta. Si acaso, solo podría decir: Amén.

Cuarta falacia.- Creerte bien listo porque tu profesor no se dio cuenta de que te pirateaste la tarea o el trabajo. Sí, hay veces en que los profes no nos damos cuenta de eso, pero tienes que entender que solo tú eres responsable de ti mismo, y que a todos podrás engañar, menos al hombre o la mujer en el espejo. Les explico a mis alumnos que, simbólicamente, están en la etapa de afilar su hacha para salir a talar árboles cuando terminen su carrera, pero que, al igual que ellos, hay cientos o miles de muchachos que igual se están preparando. ¿Quiénes se van a llevar los mejores árboles? (los mejores puestos, los mejores sueldos, las mejores oportunidades). Aquellos que se hayan ocupado con esmero en afilar su hacha. Sus maestros aquí en la escuela – les digo – les damos la piedra de afilar, pero ya depende de ustedes si la quieren utilizar o si no les importa salir con un hacha sin filo a competir contra otros leñadores.

Quinta falacia.- Pensar que no hay problema si nunca levantas la mano. Levanta la mano para preguntar. Levanta la mano para participar. Levanta la mano para discutir las ideas del maestro. Cuestiona todo, pregunta todo, participa en todo. Si te equivocas en clase no pasa nada. Si no sabes dar una opinión en tu trabajo porque nunca te entrenaste para eso, sí pasará mucho.

Yo le digo a mis alumnos: En esta clase no hay preguntas tontas. La única pregunta tonta es aquella que no se hace. Aquella que, por temor o timidez, nos la quedamos. Y siempre que sea posible, háganme una pregunta que empiece con “¿Por qué?”. Me interesa que entiendan el por qué de las cosas, no que las aprendan como robotitos, sin razonar.

Bueno, pues como dicen también a veces en el Facebook: “Dejaré esto por aquí y me iré lentamente”. Espero que estos conceptos le sirvan a algún estudiante y avive su interés por aplicarse en su preparación sin regatear esfuerzos. Después de todo, se trata de su futuro, y ahí es donde van a pasar el resto de su vida.

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