noviembre 21, 2024
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Rogelio Rodríguez Mendoza

Disparate

octubre 14, 2024 | 127 vistas

El expanista y actual diputado federal de Morena, Manuel Espino, es el típico político que busca reflectores mediáticos a costa de lo que sea, sin importar si lo que dice, o hace, son ocurrencias o disparates.

La semana pasada, se aventó la puntada de proponer, “un diálogo con los grupos del crimen organizado”, como alternativa para pacificar el país.

Para ello, adelantó que impulsará la creación, en la Cámara de Diputados, de una comisión especial de pacificación y reconciliación nacional, entre cuyas tareas estaría precisamente la de promover el diálogo con los criminales.

Ya podemos, usted y yo, imaginarnos a cualquier líder de cartel o célula criminal o de organizaciones delincuenciales más, sentados en una mesa con funcionarios gubernamentales, diputados (por supuesto, entre ellos Espino) y senadores, discutiendo una negociación para el cese a las masacres, los secuestros, las extorsiones, el tráfico de drogas, y muchos otros delitos que constituyen la principal fuente del “negocio” de los cárteles.

¿Qué ofrecerían los representantes del gobierno a los jefes criminales para motivarlos a que le bajen dos rayitas a su “negocio”? ¿Qué pedirían los capos a cambio de portarse bien?

Absurdo, de risa, ¿verdad? Pues, aunque usted no lo crea, esa es la propuesta del diputado federal como estrategia para frenar la terrible violencia delincuencial que agobia a entidades como Sinaloa, Guanajuato, Tabasco, Chiapas, Oaxaca, y otras.

Lamentablemente, Espino no es el único que ve como alternativa de pacificación del país, el que el gobierno se siente a dialogar con los jefes narcos. Alguna vez, no hace muchos años, Adán Augusto López, en su calidad de secretario de Gobernación, propuso el mismo disparate. Afortunadamente no pasó de ser una ocurrencia.

No entienden que la ley no se negocia. Simplemente se aplica.

Una de las principales responsabilidades y obligaciones del gobierno es hacer valer el Estado de Derecho, porque es lo que da orden y garantiza la subsistencia de toda sociedad.

Para eso existe un marco jurídico: para evitar que haya anarquía social, y el gobierno, a través de sus instituciones, es el responsable de hacer valer las leyes.

Si el Gobierno se sienta a negociar impunidad con los grupos criminales, ya no habría Estado de Derecho. Así de simple. Así de grave.

Difícil de creer que personajes como Espino no alcancen a comprender algo tan simple. Por eso mi insistencia de que, cuando hacen ese tipo de propuestas, lo hacen deliberadamente, toda vez que lo único que buscan es estar en el reflector mediático, sin importarles que sea a base de un absurdo.

 

EL RESTO

IGUALITOS.- Por cierto, el diputado Manuel Espino, tiene en Tamaulipas como aliado, o socio político, a otro personaje de características muy parecidas a las suyas. Se trata de Francisco Chavira.

Ambos son oportunistas. Hoy están en Morena, como antes estuvieron en el PAN, y seguramente más adelante estarán con el partido que les garantice un espacio público. Son igualitos.

Chavira, en cada elección se postula como candidato, sabiendo que no va a triunfar en las urnas, pero consiente de que al final de todo algo podrá ganar.

Por ejemplo, en el 2016 se postuló como candidato independiente ¡a la gubernatura!, pero unos días antes de la elección declinó a favor del panista, Francisco García Cabeza de Vaca, quien terminó ganando.

A cambio, logró posiciones políticas, entre ellas la Secretaría del Trabajo para una de sus hermanas.

En el 2022 intentó algo similar, pero no le hicieron caso porque los morenistas ya lo conocen.

ASÍ ANDAN LAS COSAS.

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