Ma. Teresa Medina Marroquín.-
Las plegarias que la ciudadanía victorense elevó al Ser Supremo este sábado permitieron que católicos y evangélicos se hermanaran en un ruego llamado “Unidos en Oración”.
El acontecimiento no sólo fue inédito al reunir a personas de diferentes religiones, aunque con una gran similitud en aspectos trascendentales de la teología cristiana, pero que por muchos siglos estuvieron distanciadas en otros aspectos doctrinarios.
Fue, además, fundamentalmente una reacción muy humana, cuando Victoria sufre de una sequía pocas veces vista conocida como “estrés hídrico”, asociada a otras irregularidades sociales como la inseguridad.
La oración fue elevada al cielo, a Dios Todopoderoso que, durante varias semanas y si las cosas son como estas religiones lo sostienen en sus creencias, ha venido dando señales a las súplicas espirituales que se han manifestado a través de lluvias no tan intensas, pero sí oportunas.
Y es que finalmente todas y todos debemos admitir, como la ha reconocido cabalmente el alcalde de Victoria, Eduardo Gattás Báez, la fe es parte de la existencia de los seres humanos.
¿Qué tiene de malo o de extraño que los políticos también participen con sus creencias religiosas, si la situación que se vive amenaza con un caos que el pasado gubernamental por alguna razón no previó o ignoró, y que por ahora es un fenómeno que la población debe enfrentar?
Claro que no tiene nada de malo. Al contrario, habla de que ese estado caótico que se cierne sobre Victoria, ya con una presa Vicente Guerrero disminuida al once por ciento de su capacidad, debe ser solucionado de diferentes formas.
EL TERROR DE VIVIR SIN AGUA Y LA FE MUEVE MONTAÑAS
Recordemos que hasta en las guerras los ejércitos cuentan en sus filas con sacerdotes llamados capellanes militares, que en medio de los combates asisten espiritualmente a toda la tropa.
Por lo que la oración de antier, al margen de esos presupuestos caóticos, viene paralela a un escenario que ya no sólo afecta a Victoria y a diversos municipios del norte y centro de Tamaulipas, sino al 87 por ciento del territorio nacional, que sufre de una sequía en intensidades diferentes.
De manera que la fe que mueve montañas se convierte en este caso en una serie de “energías cósmicas” que podrían ir más allá de la comprensión humana y de las propias complejidades que, por ahora, incluso el gobierno de Américo Villarreal Anaya lucha para combatirlas mediante el bombardeo de nubes.
Todo esto cuenta entonces en medio de un mundo que, a pesar de que mucha gente niegue sus propias creencias religiosas y espirituales, es una sociedad donde siempre han existido las jerarquías de poderes metafísicos.
Aunque lamentablemente por cuestiones de que nadie quiere ser criticado por “ignorante”, “supersticioso” o “religioso”, existe una mayoría que niega que por encima de los poderes políticos y económicos podrían estar presentes estas potestades superiores, que, por cierto, siempre han sido invocadas a lo largo de la historia de la humanidad.
Es decir, son seres de otro nivel, a quienes los victorenses rogaron el sábado para que las lluvias nos salven de una circunstancia que alteraría el equilibrio natural, y por el que esta emergencia de la naturaleza nos llevaría al terror de vivir (si así se puede decir) en una región sin agua.
SIMPLEMENTE SER PRECAVIDOS: HERNÁNDEZ NAVARRO
Respecto al tema de pacientes presuntamente relacionados a meningitis, el secretario de Salud, Vicente Joel Hernández, afirmó que en ningún momento se quiere generar una situación de alerta, “simplemente ser precavidos revisando a todas las personas que se operaron en dos clínicas de Matamoros”, las que, además, en información que trasciende, continúan suspendidas, sin saber si será de forma temporal o definitiva.
En ese sentido, la Secretaría de Salud de Tamaulipas mantiene una atención médica a presuntos pacientes con meningitis y sostiene una búsqueda intencionada de pacientes relacionados con este padecimiento.
¡Excelente inicio de semana!
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