Enrique Diez Piñeyro Vargas
Concluido el proceso electoral en Coahuila y el Estado de México con los resultados meramente lógicos conforme se fueron dando las condiciones y el desenvolviendo de sus campañas, todavía sin recibir las constancias de mayoría que los acreditan como gobernadores electos, tanto a Manolo Jiménez Salinas y a Defina Gómez Álvarez, respectivamente, el partido Morena arrancó al día siguiente su proceso interno para seleccionar a quien vaya a abanderar a la Coalición Morena-PT-PVEM el próximo año, mientras que el llamado bloque opositor al gobierno conformado por el PAN-PRI-PRD, todavía no despiertan de los sendos reveses recibidos en las urnas en la inmensa mayoría de los procesos electorales donde participaron bajo el triste membrete denominado ‘Alianza Va x México’.
El presidente Andrés Manuel López Obrador entiende a la perfección el juego político y sabe que quien da los primeros pasos lógicamente tomará una considerable ventaja rumbo a la sucesión presidencial. De 2018 a la fecha de la próxima elección, su partido controlará a veintitrés entidades federativas, lo que representará manejar a su antojo la operación política territorial, contando con los gobernadores y los recursos económicos necesarios para afinar su maquinaria electoral con plenas libertades. Mientras eso sucede, el PAN intentará hacer lo propio en los cincos estados que aún gobierna, el PRI en las dos entidades que pudieron conservar, mientras que Movimiento Ciudadano jugará a nada con los votos que vayan a aportar los estados de Jalisco y Nuevo León.
Morena junto con sus aliados ha anunciado que en la primera quincena del mes de septiembre dará por concluido su proceso interno con la nominación de su precandidata o precandidato, bajo el nombramiento de ‘Coordinador de Defensa de la Cuarta Transformación’, con el cual desafían a las miles de interpretaciones a las leyes electorales en el sentido que estarán jugando al filo de la navaja con el marco legal, al poder considerarse este proceso como violatorio a lo “establecido” y estar incurriendo en actos anticipados de campaña por parte de sus competidores. Este será un tema a tratarse con más profundidad en siguientes colaboraciones.
Mientras esto acontece, los dirigentes del PAN, PRI y PRD continúan de vacaciones, despreocupados por el proceso electoral que se avecina. Este tipo de actitudes nos llevan a dos conclusiones: o son en realidad tan ineptos y desvergonzados que no tienen la mínima noción de lo que es hacer política, ni mucho menos representar un liderazgo partidista opositor, o simplemente están arreglados con el régimen y le están haciendo el juego al presidente López Obrador con tal de seguir gozando de prerrogativas, privilegios y no ser molestados con temas legales. ¿Cuál eligen?
La oposición llegará muy tarde al proceso electoral. Quien vaya a fungir como candidata o candidato presidencial de la alianza Va x México se topará con un escenario cuesta arriba y con nulas posibilidades de competir en igualdad de circunstancias. Lo mismo sucederá con todas aquellas personas que aspiren a un cargo de elección popular por parte de este bloque opositor, llámese una gubernatura, senaduría, diputación federal, alcaldía o diputación local. Históricamente, el candidato a la Presidencia de la República es quien arrastra votos a quienes compiten bajos las mismas siglas de manera paralela por otro cargo público. En esta ocasión, la oposición tendrá que preocuparse por conseguir perfiles con gran arraigo y aceptación en las treinta y dos entidades federativas, mismos que puedan competir por los cargos antes mencionados, y sean estos lo que puedan crear las condiciones de representarle votos a quien se vaya a sacar la rifa del tigre el próximo año.
Si bien es cierto que en política nada está escrito, conforme siguen pasando los días, las posibilidades de obtener un resultado favorable por parte de la oposición en el 2024 se minimizan, salvo que exista una tragedia nacional en el sentido que todo lo construido política y electoralmente por parte del Presidente López Obrador estos cuatro años y medio se derrumbe de la noche a la mañana. ¡Difícil!
“Si hablas a un hombre en un lenguaje que entiende, llegas a su cabeza. Si le hablas en su lenguaje, llegas a su corazón”: Nelson Mandela.
