Rogelio Rodríguez Mendoza
Los indicios son claros de que la bancada de Morena en el Congreso del Estado ya decidió heredarle a la próxima legislatura una serie de pendientes dentro de la agenda legislativa.
Se trata de asuntos que para aprobarlos requieren el voto de las dos terceras partes de los integrantes del Pleno, o lo que es lo mismo 24 votos, que el grupo parlamentario guinda nunca pudo reunir durante los casi tres años de la 65 legislatura.
Entre esos pendientes se encuentran, por ejemplo, la designación de un nuevo presidente o presidenta de la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Tamaulipas (Codhet), algo que debió hacerse desde abril pasado; y la elección del titular de la Auditoría Superior del Estado (ASE), que actualmente está bajo el mando de un auditor interino.
En esos y otros casos, insisto, la constitución local y la misma ley interna del Congreso exigen una mayoría calificada para su aprobación.
Al no tener asegurados los votos necesarios, Morena ha optado por darle largas a su agenda legislativa con la idea de desahogarla tan pronto inicie su periodo de ejercicio la 66 legislatura, a partir del uno de octubre.
La explicación es simple: en la próxima legislatura Morena tendrá el control total del Pleno por lo que le sobrarán votos para respaldar cualquier asunto de su interés.
En vez de estarse desgastando negociando votos con algunos legisladores de oposición, el partido guinda ha preferido esperar un mes y medio para estar en condiciones de aprobar lo que necesite.
Total, si en el caso de la Codhet ya casi suman cuatro meses sin que haya un presidente o presidenta que, más da aguantar un mes y medio más.
Igual ocurre con la Auditoría Superior del Estado, donde Morena no tiene prisa en designar a un titular porque está bajo la dirección de un interino, en la persona de Francisco Noriega, que fue una propuesta suya.
A eso se debe, insisto, que Morena le ha estado dando largas a los pendientes legislativos.
Es pues una especie de estrategia política, que por cierto todos los partidos, cuando han sido mayoría, la han aplicado.
Solo esperamos que llegado el momento de designar a los nuevos funcionarios, los que resulten beneficiados sean realmente los mejor preparados, y no simplemente el que tenga mejores padrinos.
Esas prácticas deben quedar sepultadas para siempre, porque con ello los ciudadanos tendremos un mejor gobierno.
EL RESTO
El que anda muy colaborativo u oficioso es el fiscal especializado en combate a la corrupción, Raúl Ramírez Castañeda.
Eso de abrir una investigación formal contra las Comapas, por una simple declaración de un diputado, en este caso de Humberto Prieto Herrera, no tiene precedente y es toda una “joya” en una instancia de procuración de justicia.
Imagínese que don Raúl decidiera hacer lo mismo cada que un político denuncia corrupción. Le faltarían horas a la fiscalía para poder desahogar tantas investigaciones.
Es innegable que muchas Comapas nadan en un mar de corrupción, pero de ahí a que una simple declaración en el tema sea base de una carpeta de investigación, está muy exagerado.
En realidad, pareciera que don Raúl lo único que busca es congraciarse con los Poderes Legislativos y Ejecutivo, para que le bajen un poco a la presión a la que lo tienen sometido desde hace más de dos años
Sin embargo, en lo personal me parece que ya es muy tardía la señal de paz que está mandando el fiscal anticorrupción, porque hay decisión plena de seguir aceitando la maquinaria jurídica para destituirlo.
ASÍ ANDAN LAS COSAS