Ma. Teresa Medina Marroquín.-
Si como dicen, Andrés Manuel López Obrador será el primer presidente de la república que en los últimos 40 años logrará imponer a quien será su sucesor (o sucesora), vaya entonces que Morena, sin los laberintos, marañas y embustes con los que suelen conspirar no pocos medios de comunicación y grupos de poder, lleva, a ese paso, más del 50 por ciento del 2024 ganado.
Evidentemente los grandes escollos y obstáculos que presentará la oposición encabezada por el PAN, tan frontal como se deja ver desde ahora, aunque escasamente productiva y contundente, no podrán prolongar sus expectativas de continuar evaluando al tabasqueño como lo peor que le ha pasado a México en las últimas cinco décadas.
Sin embargo, y como dicen, acá entre nos, a muchos kilómetros de distancia se nota que la oposición no sólo se pasa de tueste en su juicio sumario; quiere decir, dictaminar y resolver sin más elementos de juicio, a excepción de un escándalo y griterío nacional.
Un proyecto (dicen) de reconstruir a la nación entera, ante un dictador que en cosa de años está acabando con México.
Expresión que -de día y también de noche- se repite hasta la locura en estos tiempos, que en primer lugar intenta enemistar a la ciudadanía con el Presidente de la República.
Lo que da lugar a una reflexión respecto de que el México inteligente no se deja engañar:
Es decir, ¿cómo un grupo opositor que en el pasado (y esto es sólo una parte de la ominosa historia) fue capaz de asesinar a su candidato presidencial, Luis Donaldo Colosio, así como también a otro sobresaliente líder opositor, el sinaloense Manuel J. Clouthier Maquío, llega al atrevimiento de juzgar con tanta rabia al actual inquilino de Palacio Nacional, como si tal grupo fuera una constelación de ángeles enviados por Dios Todopoderoso?
¿TIENEN CIEN O CERO ASPIRANTES A LA PRESIDENCIA?
Qué valor o que desvergüenza tan extrema de no iniciar por su propia casa la purificación de la que hablan, carentes de la mínima capacidad de autocrítica, hasta convocar a una campaña de odio que algún argumento tendrá, pero que en ningún momento debe verse como un intercambio político a la altura de la democracia que predican.
Entiéndase que lo primero que rescataría a México de sus tragedias sería comenzar a decirle la verdad a sus 130 millones de habitantes, comenzando con niños y jóvenes.
Lo que los llevaría ya no solamente a dejar en paz a su negra conciencia y a tener el valor de dar la cara como se debe, sino a participar con orgullo y autoridad moral en la lucha por el poder.
Pero no con juicios sumarios ni campañas de odio condenadas al fracaso, pues a nivel de oposición traen a cien aspirantes a la presidencia, pero al mismo tiempo no traen a nadie. Y en eso les madrugó el viejo colmilludo que habita y trabaja en Palacio Nacional.
Además de lo anterior, de los métodos que buscan derrumbar a AMLO y a sus corcholatas en sus niveles de aprobación, sus coordenadas parecen no contemplar que Morena, con sus 20 gobernadores, más el aliado de Morelos, el PES, podrían influir, a pesar de la lógica que le imprimo a este comentario, en que el partido en el poder obtenga la mayoría en las cámaras de Diputados y Senadores.
Qué fácil se oye, ¿no? Pues eso, usando la racionalidad referida, daría esa impresión; resultando que los procesos de evaluación con lo que la oposición se autocalifica sus probabilidades de triunfo, sobre todo en sus intenciones de sacar a López Obrador de Palacio Nacional, son quizá, por no decir abiertamente, más irracionales que los de Morena.
Las influencias, así rapidito, con los que cuenta el PAN, son de cinco gubernaturas, más tres del PRI que tiene en veremos básicamente al Estado de México, dejando por la paz a Coahuila, y a los gobiernos del MC (Jalisco y Nuevo León) y a uno del Verde (SLP).
Siendo así el escenario, el resumen es que la oposición iría en una alianza conformada por el PAN, el PRI y el PRD. Esto es, una influencia de sólo 8 gobernadores, que serían 7 si como se prevé Morena ganara el Edomex, por encima de los poderes decrépitos que aún sobreviven en el llamado grupo Atlacomulco.
¡Excelente inicio de semana!
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