Rogelio Rodríguez Mendoza.-
CACIQUES.- Como en antaño, cuando los cargos públicos se
heredaban entre familiares —algo que ya no debería tener cabida en una
democracia que se supone modernizada— el alcalde morenista de Madero,
Adrián Oseguera Kernion, trae la firme determinación de que sea su
hermano Abel, quien lo suceda en la alcaldía.
Abiertamente, sin rubor alguno, el edil maderense lleva ya algunas
semanas promoviendo abiertamente a su consanguíneo para que sea el
candidato con que Morena busque mantenerse como gobierno en ese
municipio.
“La prioridad es darle continuidad a la esperanza y al desarrollo del
municipio”, dice el discurso del alcalde, con su hermano siempre a su lado.
Desde luego que tal situación trae enojados a otros liderazgos que
llevan meses trabajando en territorio, confiados en aquellos que les han
venido reiterando desde la dirigencia nacional morenista que los candidatos
saldrán de una encuesta transparente y sin dados cargados.
La molestia es por dos razones: una, porque desde la misma alcaldía
le andan haciendo promoción al hermano Abel; y otra, porque el presidente
municipal ha hecho correr la idea de que ya todo está definido.
Tan molestos andan los grupos morenistas que hay algunos que ya
están pensando en tocar puertas en la oposición, particularmente en el
PAN.
BOICOT A GRANADOS.- A propósito de alcaldes, el de Matamoros,
Mario Alberto, “La Borrega”, López Hernández, anda dispuesto a cerrarle el
camino al diputado, José Alberto Granados, en su propósito de convertirse
en el candidato para sucederlo.
Aunque el legislador parece tener el aval desde palacio de gobierno
para ser el “gallo” morenista, “La Borrega” ha desplegado toda una
campaña mediática para boicotearlo.
Desde el área de comunicación del mismo gobierno municipal se está
operando toda una estrategia para demeritar las virtudes o méritos que
pudiera tener el diputado. Parte de esa estrategia es promover a otros
actores políticos que tienen el respaldo del edil.
“Cualquiera menos Granados”, pareciera que dice el alcalde
fronterizo. De ese tamaño es el ego que trae desde el 2021, cuando en la
búsqueda de la reelección se convirtió en el más votado. También quiere
definir a su heredero.
Ahora que, la verdad es que, “La Borrega” tiene los medios
necesarios para hacer perder o ganar a quien vaya a ser el candidato, lo
cual significa que, si desde las jerarquías modernistas le imponen al
abanderado, el partido corre el riesgo de derrota frente al PAN o PRI.
PLEITO EN TAMPICO.- También en Tampico, Morena tendrá que
operar finito para elegir al personaje que intentará la hazaña de arrebatarle
el gobierno municipal al PAN.
Ese municipio es, con mucho, un poderoso bastión panista, por la
ejemplar administración encabezada por Jesús “Chucho”, Nader, como lo
demuestran las recurrentes encuestas que lo colocan como uno de los
mejores alcaldes del país.
Bajo esas condiciones, si realmente quieren tener posibilidades de
triunfo en las urnas, las dirigencias morenistas, la estatal y municipal,
tendrán que ser muy cuidadosas al momento de elegir a su candidato o
candidata.
Primero, para que el abanderado sea realmente alguien con méritos y
capital político que lo hagan competitivo; y segundo, para que al momento
de la selección no sea vaya a fracturar el partido y con ello se ocasionen
escurrimientos de militantes hacia otros partidos.
Algunos dirán que las candidaturas se elegirán por encuestas, pero
nosotros insistimos que en los hechos las decisiones se siguen tomando en
las cúpulas. El gran problema para las jerarquías guindas es que, Tampico
es el municipio con más aspirantes a la candidatura, con el añadido de que
todos presumen tener al padrino más influyente.
Hasta el momento, los bonos siguen favoreciendo a la actual
presidenta de la Junta de Gobierno del Congreso del Estado, Úrsula Patricia
Salazar Mojica, sobrina del presidente, Andrés Manuel López Obrador.
ASI ANDAN LAS COSAS.