El título de “voto útil” se acuñó en las postrimerías del unipartidismo, en esa transición simbiótica de la que las fuerzas partidistas antagónicas del siglo anterior se unieron, con la frustrada idea de cerrarle el paso a la renovación de la vida nacional.
“Sacrificar” a los más débiles, para fortalecer segundas o terceras opciones, que le dirán la pelea a quienes aparecían en los mejores escenarios para el triunfo en la jornada electoral.
Hoy la misma lucha se da entre aquellos, no para ganar elecciones; sus aspiraciones se han reducido a conservar las siglas, alguna prerrogativa y espacio de representación proporcional: juegan a no desaparecer, pues.
En ese contexto, en esos espacios, expresiones recurrentes están hablando de un nuevo término; el “voto inútil” es un elemento a considerar en estos tiempos de definición y proyecciones.
El “apestado” de la jornada es el PAN, con el desaseado paso por el gobierno y perenne manoseo del exgobernador de triste memoria, sus parientes y cómplices, que mantienen secuestradas las siglas y sus haberes en el estado, hasta repartirse las migajas plurinominales a que redujeron el proyecto político.
Dadas las componendas al más alto nivel partidista y jurisdiccional, aunque se han presentado los recursos ante las instancias competentes, por los agraviados de dentro y fuera, lo más seguro es que ya no ha de pasar nada.
La pregunta, que los más serenos se hacen, es qué hacer con lo que les han dejado desde las cúpulas.
Hablando de la coalición, por ejemplo, ya no queda la menor duda de que han sido avasallados por el Partido Verde, en apenas unos días de campaña para el Senado, con una movilidad muy dinámica que ya les desplazó de conservar la primera minoría y el derecho a ocupar por esa vía un escaño en el Senado.
Aunque siguen siendo apenas unos balbuceos aislados, ya empezó a escucharse el nombre y la voz de ARTURO NÚÑEZ, el segundo en la fórmula prianista a la Cámara Alta, con la idea de atemperar la caída de IMELDA SANMIGUEL, quien representa todos los enconos, el mal humor social provocado por los CABEZA DE VACA entre los tamaulipecos.
El priista tal vez no sea el antídoto al lastre cabecista arrastrado por los azules, pero eventualmente, convirtiéndose en el protagonista de la campaña de la Coalición X, podría intentar que algunos votantes olviden el sello que lo mueve y patrocina.
Dejar de lado el “voto inútil”, de los rescoldos del tortuoso pasado, para ver si al menos algunos priistas nostálgicos les dan el voto a los suyos y con ello completan para conservar registro, prerrogativas y representación proporcional.
Eso es lo que está en juego y la oportunidad para el tricolor; los azules siguen en caída libre y no parece haber poder que impida su liquidación; las trampas, confabulaciones y atrocidades que siguen mercando con dinero mal habido, serán exhibidas y sancionadas por el peso de la movilización masiva en las urnas.
En el caso del alcalde de Reynosa, CARLOS PEÑA ORTIZ, debe quedar muy claro que una cosa es la pérdida de su credencial de elector, otra la petición del juez de control sanfernandense al INE para su inhabilitación y otra más, las pretendidas fuerzas políticas que juegan en contra de su aspiración reeleccionista.
Cada caso tiene un destino perfilado, que no necesariamente será definitivo; así como ha llegado al aquí y ahora, en medio de no pocos avatares, puede trascender más allá, aunque no será precisamente sencillo, dicen quienes conocen de cerca su historia.
En calidad de mientras, todo mundo está tomando sus previsiones.
La candidata al Senado en segunda fórmula, del Partido Verde Ecologista, su MADRE MAKI ORTIZ DOMÍNGUEZ, sigue haciendo una exitosa campaña por su lado, paralela a la que aparte despliega quien encabeza la fórmula, el exgobernador EUGENIO HERNÁNDEZ FLORES.
En Carbonera, poblado sanfernandense pesquero, pegado a la Laguna Madre, refrendó el compromiso con los sectores más desprotegidos, como el suyo, a favor de la salud y la audiencia le expresó su confianza de que ha de cumplir, así como antes lo ha hecho.
Desde las oposiciones se dejan correr versiones de que la “fórmula verde” está creciendo muy rápido y “va a derrotar a Morena”, en el trayecto a las urnas del dos de junio; se ríen y carcajean de ello. Acomodando discursos de la causa, al modo de sus elucubraciones.
No será sencillo -más bien se antoja imposible-, que la causa verde, endosada al “geñismo”, remonte los más de 30 puntos que le separan del posicionamiento de la fórmula morenista, con la misma facilidad con la que desplazó a los prianistas, en los tres puntos que en el arranque les separaba.
Pero al proyecto de la Cuarta Transformación no le molesta, entristece, incomoda o preocupa la posibilidad de que el Verde en Tamaulipas pueda, en esta elección, crecer tanto o más del nivel en el que ellos mismos se encuentran.
El llamado Plan C ya se cumplió, desplazando al PAN de la primera minoría, arrebatándole el tercer escaño en el Senado.
Si luego dos son de Morena y uno del Verde, o a la inversa, es lo mismo para la causa de los aliados, pero en la segunda opción, además del tercer escaño por el voto directo, la votación general apuntala la posibilidad de obtener más espacio de representación proporcional ¡para ambos partidos!
La matemática político-electoral es otra de las materias que no se les da a los jilgueros de la oposición.