mayo 25, 2024
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Melitón Guevara Castillo

Buena pelea

abril 25, 2023 | 301 vistas

Melitón Guevara Castillo.-

Miguel Túnez López, catedrático español y experto en periodismo, afirma que un hecho, para que sea noticia, tiene que ser algo malo. Las cosas buenas, dice, no son noticia. Para confirmarlo, hace tiempo participé en una investigación conjunta con él y Carmen Costa. Los resultados se presentaron en un Congreso de Comunicación. Me acordé de este tema por lo que está sucediendo en Morena: con llamados del Presidente AMLO a conservar la unidad en tanto que Eduardo Gattás y José Braña se dan hasta con la cubeta, como forma de afianzar sus ambiciones políticas.

Esa es la cuestión: las cosas malas sí son noticias. Basta observar las noticias en la televisión o en las redes sociales: son puras cosas de seguridad pública, balaceras, pleitos, feminicidios, secuestros, desapariciones, fosas clandestinas… Y las cosas buenas, esas que suceden a todas horas y en todos lados, cuando se publican reciben menos espacio o menos tiempo. Una guerra es una buena noticia; que concluye esa guerra, que es una buena noticia, no recibe el mismo tratamiento.

EXILIO POLÍTICOS

Los pleitos políticos siempre han existido. Van en razón a las ambiciones de unos y otros para tener poder y riqueza; sin embargo, según el contexto y la época, adquieren una connotación diferente. En la época priista, por ejemplo, los pleitos eran hagan de cuenta en la oscuridad: públicamente, los adversarios, los enemigos, se saludaban, se deseaban buenas cosas, hasta éxito; pero, como bien dicen, las zancadillas, los golpes, eran bajos, encubiertos… al final, el perdedor se ganaba el ostracismo, el exilio, sea fuera del Estado o incluso del país.

Hoy, los pleitos son abiertos. Basta ver lo que sucede en las cámaras legislativas o lo que sucede entre los Poderes del Estado. El más connotado, en este momento, es el del Poder Ejecutivo en contra del Judicial, al grado que AMLO como Presidente instruye a sus Secretarios para que a los Magistrados y Jueces no les contesten el teléfono. El pleito entre Marcelo Ebrard y Claudia Sheinbaum es tal que, en este momento, se piensa que al final quien quede fuera, no apoyará la decisión del fiel de la balanza.

GATTÁS Y BRAÑA

Los tiempos han, efectivamente, cambiado mucho. En otros tiempos quienes se enfrentaban por una candidatura no decían ni pío. Les preguntaban y se salían por la tangente: que primero era cumplir con la encomienda del pueblo o la confianza del Gobernador; que lo importante era trabajar y esperar los tiempos marcados por la ley electoral; y entre unos y otros se echaban porras, no se atacaban, al menos públicamente. Hoy, todo es distinto, basta ver lo que está sucediendo con Eduardo Gattás, el Presidente capitalino, y José Braña, el diputado local y sobrino de AMLO.

Todo empezó con la declaración que hizo Gattás sobre su intención de reelegirse como Presidente Municipal, alegando que está haciendo buen trabajo y que la oposición no tiene nada. El legislador le recomendó que no se desespere y fue eso suficiente para que Gattás sacara su metralla: el que mucho abarca poco aprieta, le recordó, y recordó que el sobrino de AMLO ha buscado ser líder partidista, líder de su bancada y hasta senador… y no logra nada, por eso le recomienda: “Debes enfocarte en solo un proyecto para que puedas lograrlo”.

OPORTUNISTAS

En las redes sociales, como una reacción a este pleito sacan a relucir el fenómeno ya histórico dentro de MORENA: los señalamientos y cuestionamientos a unos y otros por su pertenencia, fundador, o arribista u oportunista. En este caso, a Eduardo Gattás le recriminan su pasado priista, le endilgan el adjetivo de “oportunista” y que solo aprovechó una coyuntura, pero que de ahí no pasa. Y es que, a fin de cuentas, en las decisiones de partido, de poder, hay un conjunto de variables a tomar en cuenta.

Y es que, si observamos bien, el comportamiento de Morena es similar al otrora PRI. El bastión poderoso, de las decisiones, están concentradas en la cúpula: y en este caso, de siempre, no se puede soslayar el nivel federal, en este caso, los compromisos con Mario Delgado; y la cúpula local, que encarna el Gobernador y su burbuja, que en este caso está dominada por Américo Villarreal Santiago, que, para lo que se ofrezca, domina una estructura fuera de Morena… y es que en los hechos el partido no se ve, ni se siente… Reynosa es la mejor y más reciente evidencia.

LA UNIDAD DE AMLO

AMLO lo ha dicho una y mil veces: la unidad, solo la unidad, es lo que va a permitir que Morena, su proyecto político, tenga continuidad. Y eso es lo que deben ver Eduardo como José; mientras ellos pelean alguien más les puede ganar, pues no son los únicos que aspiran a ser candidatos en el 2024.

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