mayo 3, 2024
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José Inés Figueroa Vitela

Parecen y son… muy malas

marzo 31, 2024 | 123 vistas

Reza la conseja bíblica que no se deben hacer cosas buenas que parezcan malas, ni cosas malas que parezcan buenas.

Las últimas del Consejo Electoral del Ietam no parecen, ni son buenas, es decir, parecen y son malas, muy malas.

La escena del Secretario General JUAN DE DIOS ÁLVAREZ ORTIZ con el celular al frente y otros que le acercaban, mientras leía los resolutivos para validar la participación de la coalición prianista, me recordó otros episodios del pasado.

De cuando también la banda que saqueó al Estado durante el pasado sexenio, a la distancia “tiraba línea” a Poderes, entes “autónomos” y jurisdiccionales, cuando de torcer la ley para servirse de ella se trataba.

Si los CABEZA DE VACA -léase el PAN-, van solos o en coalición, da exactamente lo mismo; su desaseado paso por el poder público y los intentos por exprimirle el último peso al presupuesto, mediante los cargos que no se obtiene por el voto directo, sino por el simple hecho de ser minoría, los tiene condenados a eso.

La eventual disolución de la Coalición x, a quien eventualmente podría beneficiar es al PRI.

Al no endosarle al cabecismo los pocos votos leales que le quedan, podría evitar su desaparición, acceder a cargos de representación proporcional y conservar prerrogativas públicas de ley que hoy le aparecen negadas.

Para Morena y sus aliados, por supuesto, este no es un tema de supervivencia, ventaja o desventaja en la contienda.

Es un acto de congruencia, de legalidad, de respeto al estado de derecho.

Esa ha sido una de las peticiones más reiteradas de los tamaulipecos, tras el estado delincuencial protagonizado por aquellos, mientras tuvieron bajo su égida a las instituciones públicas.

Por eso, cuando el consejero electoral presidente JUAN JOSÉ GUADALUPE RAMOS CHARRE y su compañera MARCIA LAURA ROBLES salieron en defensa de los intereses que suponen suyos los CDV, resultaron otras cosas malas, muy malas, más allá del tema estrictamente electoral.

¿Por qué don LUPE y doña MARCIA, que en algún momento fueron víctimas del estado delincuencial cabecista se declaran entregados a su otrora verdugo?

¿Ya se le olvidó a él cuando lo tuvo sentado en la antesala de Tesorería suplicando el presupuesto y a ella cuando le mandaron a los pistoleros a destrozar su casa y amenazar a su retoño?

CABEZA DE VACA, pudiendo mantener a la banda de pistoleros de LOS TRUKOS y ascendencia sobre algunas células de la frontera, más los GOPES que custodian “sus tesoros” con cargo al Estado tamaulipeco, ya terminaron de cerrarle las llaves transexenales del presupuesto que había dejado y el aparato judicial se encuentra acotado al cumplimiento de sus responsabilidades.

Esos no son más los instrumentos de control, sobre el órgano electoral en este momento.

¿Luego entonces qué queda?

La evidente actuación parcial de los Consejeros que controlan el Instituto, confirma la sospecha de complicidades en que se vieron envueltos antes.

Tampoco fue un secreto el modus operandi de la banda delincuenciales aquella, que “dio a ganar” dineros mal habidos o puso otro tipo de trampas, “de género”, a quienes temporalmente adoptó como “amigos” y enseguida sometió bajo la amenaza de encarcelarlos y/o exhibirlos.

Insisto, si la coalición opositora persiste o desaparece, “resulta muy sin embargo”; lo lamentable, lo peligroso, es que los órganos encargados de administrar la democracia en Tamaulipas, estén supeditados a terceras y torcidas intenciones.

En la elección del dos de junio próximo, los tamaulipecos en las urnas van a barrer con los rescoldos de ese negro pasado, concediendo una amplia mayoría a Morena y sus aliados en la siguiente legislatura.

Así lo vaticinan todas las encuestas serias conocidas.

De esa manera no solo acabará la amenaza y presión que parece seguir moviendo -o queriendo hacerlo-, la actuación de quienes deberían estar garantizando la potestad del pueblo sobre el oficio público, a través del voto.

Se trata de limpiar el Estado, de sacar a los desleales funcionarios que no solo han dejado de cumplir con sus responsabilidades, sino que además las han puesto al servicio de torvos personajes, insaciables depredadores y agresores del colectivo.

Esos que, cuando se vieron descubiertos, impusieron la necesidad de las mayorías calificadas -dos terceras partes de los votos legislativos- para reformar las leyes y mover a los funcionarios que les brindan impunidad.

Las justificaciones salen sobrando.

Lo que es chipotudo… nunca será plano.

Mientras se consuma el saneamiento de la vida nacional y estatal, la Auditoría Superior del Estado ya debería estar checando en qué se ha gastado el Ietam los últimos años, el millonario presupuesto que se destinaba a la promoción del voto desde las vísperas y el mismo día de la jornada comicial, orientando a los electores.

Cambiar de aires acondicionados cada cinco años y hacer remodelaciones suntuosas en edificios rentados, por citar un par de ejemplos, con empresas y contratistas emergentes, amigos y familiares del pasado sexenio, denota otras sospechas ilustrativas.

La transformación está en marcha y tiene una parada puntual en las urnas del dos de junio.

A pesar de quien sea.

 

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