mayo 19, 2024
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Ma. Teresa Medina Marroquín

Una oposición violenta

enero 16, 2024 | 166 vistas

CANDIDATOS QUE CARECEN TOTALMENTE DE UNA VISIÓN ÉTICA

Una gran parte de los comentarios editoriales de la prensa de Tamaulipas refleja a una oposición que da la impresión de que la búsqueda de los cargos públicos de elección popular debe estar marcada por la violencia.

Y no sólo eso, sino que además todo lo que haga el partido en el poder es, para los dirigentes de estos partidos y de sus verdaderos jefes, sinónimo de fracaso y corrupción.

Yo no he escuchado nunca, y mucho menos de parte del panismo, una perspectiva cuya expresión revele una aportación sustancial a la vida comunitaria.

Para estos personajes, principalmente aquellos que hace tiempo vinieron de Reynosa, la democracia es cuestión de todo o nada.

O sea, de agresión, de aferramiento al poder, de yo soy mejor que todos ustedes, y de toda una torcida concepción de que la búsqueda de los puestos públicos es para imponerse a los demás y no para servir a todos.

Así de esa forma, el pueblo de Tamaulipas ve con una enorme decepción la degradación de una clase política que carece de la mínima noción de esa vida comunitaria.

Obviamente eso da motivo para suponer que el proceso electoral que elegirá aquí en la entidad a presidentes municipales, diputados y senadores (al margen de la elección en que igual Xóchitl Gálvez parece apuntar con un arma de fuego a Claudia Sheinbaum, y nada que ver con argumentos esclarecedores) estará cargado de tensiones peligrosas.

Lo vimos a lo largo de los seis años del pasado gobierno estatal, donde el “todo o nada”, y la radicalización de que “somos superiores a todos los demás”, oscureció no sólo la fundamental convivencia política, sino que agravó la mala calidad de vida de la ciudadanía, pues enfrentar a un grupo de individuos en el poder déspotas y pagados de sí mismos propició un ambiente de temor e incertidumbre.

 

IMPOSIBLE LA CONVIVENCIA POLÍTICA A FAVOR DEL PUEBLO

En suma, aquí en Tamaulipas como en todo México, el cerrar filas a favor de la democracia se convirtió en una utopía.

Esto quiere decir que vemos a una oposición que jamás podrá interpretar a la democracia como un sistema de gobierno que tenga la capacidad de entender que todas y todos juntos nos dirigimos hacia el progreso de la Nación.

Estaría exagerando que viéramos a Morena y a sus aliados convivir en una forma extraordinaria con el PAN.

Sin embargo, sin llegar a los grandes avances que hemos visto en las democracias europeas donde por ejemplo sí se han atrevido a unirse todos los partidos políticos a favor de la prosperidad y la seguridad de la gente, pienso que difícilmente, al menos en esta elección, podremos avanzar rumbo a un estado de civilidad cuyas convicciones, empezando por los dirigentes opositores señalados y sus candidatos, privilegien todas y cada una de las demandas ciudadanas.

De qué sirve ver todos los días a diversos personajes que van por las alcaldías y las diputaciones locales y federales, incluso por las senadurías, pero carecen totalmente de una visión ética en la cual confíen plenamente los ciudadanos.

Y yo no digo que todas y todos esos vayan cojeando de la misma pata, pero la confianza de los movimientos “políticos” de los que sólo velan por sus propios intereses no logra ser, desde luego, percibida por la población.

¿Quiénes por ejemplo pueden creerles a panistas como Leticia Salazar de Matamoros e Imelda Sanmiguel de Nuevo Laredo que sus posibles candidaturas a las alcaldías respectivas vendrán a contribuir en algo a la sociedad?

Y peor: ¿qué nivel de credibilidad puede tener un personaje como René Cantú Galván, si en forma permanente se ha dedicado al escándalo y a cuidar los intereses de su patrón?

El desprecio que han tenido estas personas por la democracia y las esperanzas de la ciudadanía es tal, que poco o nada les interesa reincidir en su desprestigiado y repetitivo método de hacer política. Para ellos el concepto de la oposición, es sinónimo de violencia.

¡Feliz miércoles!

[email protected], @columnaorbe,

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