Ma. Teresa Medina Marroquín
EXIGEN QUE LAS ESTIRPES POLÍTICAS SEAN ADORADAS COMO EN LAS RELIGIONES
Aquí en Tamaulipas los recientes eventos apuntan a que las coaliciones y los partidos parecieran dirigirse hacia un caos propiciado por las no tan soterradas protestas de las militancias.
La guerra por los votos que en carne y hueso suman en la entidad un total de dos millones 736 mil electores, lo que exacerba que las narrativas y las crónicas periodísticas hagan sentir que uno y otro grupo de poder es el que más destaca y que por ende se perfila a ganar las elecciones del 2 de junio.
Estarían entonces justificadas las protestas bravas, sea porque el mercado electoral no es cualquier cosa y porque los resquemores tienen que ver con que las y los candidatos a las 43 alcaldías y a las 36 diputaciones locales son ya muy conocidos.
Y tienen razón las militancias; pues no se trata esto de una “religión política” donde los “santos” a adorar tengan que ser los mismos de siempre.
A tal respecto algo se está impugnando desde el PAN donde precisamente los “santos” volvieron a ser los mismos, comenzando por raídas estirpes como los Cabeza de Vaca, los “Trucos” y sus fieles secuaces, quedándose a la brava (acusa la base blanquiazul) con la mayor parte de las curules locales plurinominales.
No se sabe si estas, las militancias, hayan entrado en una rebelión de pronóstico reservado contra sus dirigencias, o si simplemente la definición supuestamente “dubitativa” para elegir candidatos sea parte de una “nueva realidad democrática” (¡Y créeles!).
LA GUERRA QUE DERRUMBARÍA AL PAN; ¿EXCEPTO QUE LLUEVA $$$?
Desde el pasado fin de semana, en las coaliciones Morena, PVEM y PT, como en la conformada por el PAN, PRI y PRD, las crónicas urbanas se intensificaban en esa dirección.
De hecho, una guerra que no admite resignación alguna, por el “apañamiento” de las candidaturas señaladas, la desataría en el PAN quien fuera subsecretario de Finanzas y diputado local, Arturo Soto Alemán, un personaje polémico a decir de diferentes columnas políticas, acusado injustamente, por la llamada “presunción de inocencia”, de que “buscaría” que el grupo cabecista lo “arregle” con algunos “cañonazo$” a cambios de su silencio y de que contradiga en los hechos sus protestas que hasta el día de hoy dan la impresión de ir “muy en serio”.
Esta forma de arrebatarles las candidaturas a la base panista que tiene o alega méritos políticos, no se vio en Tampico, donde el alcalde con licencia y candidato a diputado federal, Chucho Nader paró en seco las “jerarquías” de que son acusadas las estirpes cabecistas, logrando imponer como candidata a sucederlo en la alcaldía a la diputada federal Rosa González Azcárraga, mientras que en Madero movió los hilos para que el diputado local Carlos Fernández Altamirano le dispute la presidencia municipal al morenista y también diputado Erasmo González Robledo.
El mismo “poder libanés” igual logró imponer en las candidaturas locales de Tampico, a Pepe Schekaibán y a Magdalena Peraza.
REYNOSA Y VICTORIA CONTINUARÍAN SIENDO TERRITORIOS DE MORENA
En contraste, ¿qué se puede decir de lo que ocurre en Morena cuyos rituales hasta cierto punto se vuelven “necesarios” por la trascendencia que este partido ha demostrado no sólo en el contexto presidencial sino por haber ganado la Gubernatura a través del Dr. Américo Villarreal Anaya, teniendo además el control político en el Congreso Local?
En principio todo parece resuelto en Reynosa y Victoria, los pendientes que preocupaban a la cúpula de Morena, y los que por su tardanza en la fumata de “humo blanco” no equivalen a que la oposición les lleve ventaja alguna, pues es del dominio público que el panismo, sean quien sean los candidatos a la alcaldía, las dos diputaciones locales y la curul federal requerirían de un milagro electoral para que los votantes volteen siquiera a verlos.
Y como si lo anterior no bastara para la mala suerte del PAN, mañana estará en Victoria el presidente Andrés Manuel López Obrador, supervisando el sistema de salud y llevando a cabo su “mañanera”, acompañado desde luego por el gobernador Américo Villarreal Anaya.
¡Feliz miércoles!
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