Ma. Teresa Medina Marroquín
NO INCLUYEN LA PERSECUCIÓN (NO SELECTIVA) DE LOS SAQUEADORES
La temporada de candidatos hacia la Presidencia de México, Senado de la República, Cámara de Diputados, Gubernaturas, Presidencias Municipales, Regidurías, Sindicaturas, Diputaciones Locales, parece ser que lo abarca todo.
Recién vino a Tamaulipas la doctora Claudia Sheinbaum, y creo que también lo hizo la ingeniera Xóchitl Gálvez.
¿Qué dijeron? O, mejor dicho, ¿qué prometieron? Pues se sabe que un montón de cosas, que a la verdad ignoro si sus cumplimientos en la vida real sean viables, o si sólo se ubiquen en el reino siniestro de la mentira.
Es decir, de momento no me encuentro en el modo “Análisis Exhaustivo de las Promesas de Campaña”.
Sin embargo, y junto a la otra realidad que nos imponen los medios de comunicación y las redes sociales, esto es, la presencia de todo un contingente de personajes que van a disputar, aquí en Tamaulipas, las 43 alcaldías, las 22 de las 36 diputaciones locales, las dos de las tres senadurías y las ocho diputaciones federales, uno de los grandes temas que la gente quiere saber no alcanza a escucharse por ningún lado.
Tema TABÚ este que rebasa el enorme espectáculo que, debemos reconocerlo, a la gente también le encanta, y que consiste en la tremenda pirotecnia verbal (incluidas no tan pocas amenazas de muerte), donde suele nunca oírse la justicia.
Igual el pueblo, “un poco cansadito” de tanta corrupción exige que, entre tantos temas que enarbolan los candidatos, muchos de esos discursos sumamente bofos, se incluya (así como se lee) “La persecución (no selectiva) de todos y cada uno de los ex funcionarios que saquearon las arcas públicas”.
Pero ese tipo de soluciones justicieras, no se procuran por ningún lado.
UN BAILE POLÍTICO CONVERTIDO EN UNA VULGAR TELENOVELA
Menos se oye que tal o cual candidato exprese “a grito pelón” que encarcelará (o al menos buscará hacerlo) a los que robaron al pueblo.
Y mucho menos se atreven a señalar con nombres y apellidos (y apodos) a los que se llevaron a bancos extranjeros la riqueza de México y de Tamaulipas, lo que convierte a todo este baile político en una de las más vulgares telenovelas de Televisa.
¿Será posible que sean tan pocos los aspirantes a puestos de elección popular que se atrevan a señalar a los corruptos y advertirles que irán a prisión?
¿Dónde quedó el deber de las razones políticas más importantes como es la procuración de justicia?
¿Será posible que aún en medio de tantas angustias que vive la Nación, sean tan pocos los capaces de elevar la voz en las plazas públicas y denunciar a quienes no sólo se robaron el dinero de la gente, sino que ni siquiera han sabido en qué utilizarlo?
Y aunque parezca absurdo esto último, la mayoría de los depredadores de la riqueza del país, roban inmensos recursos públicos y al final, por la más aberrante estupidez, ni siquiera disfrutan de lo robado, salvo gastarlo en desenfrenos inmorales que de inmediato les reclaman la vida.
Hay un grupo político que se la pasa acusando al presidente Andrés Manuel López Obrador de haber quedado muy mal con el país. A eso se dedican porque es la única manera que suponen restarán votos a Morena y los abonarán a su oposición.
Pero “curiosamente” no se atreven a encabezar campañas electorales justicieras. Sólo rollos que ni para desahogar el coraje del pueblo sirven.
La impresión es que la confrontación política se ve más virtual que apegada a la realidad. ¿La impunidad ya está por encima de la justicia?
Pregunta ternurita, pero ese es el problemón. Que las campañas ya son una contradicción en medio de la democracia. Como si todo fuera un Pacto con el Diablo.
¡Feliz fin de semana!
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