
Mauricio Zapata.-
Estamos a tres semanas de que se lleve a cabo la elección extraordinaria en Tamaulipas para elegir senador sustituto.
Y estamos cumpliendo un mes de que inició el proselitismo.
¿Cuál es el balance?
Quizás la respuesta sería con otra pregunta: ¿A poco hay campañas?
Y es que sí. Podríamos ser muy reiterativos, y usted, amable lector, dirá “ya chole con ese tema”.
Sin embargo, no puede pasar desapercibido lo desangelado de este proceso carísimo.
Quizás hubiera salido mucho más barato en todos los aspectos que Tamaulipas quedara solo con dos senadores y no con tres, como se pretende hacer.
Pero la elección extraordinaria ahí está y ya no la podemos quitar.
Por eso, ahí va lo bueno, lo malo y lo feo de las campañas rumbo al Senado de la República.
LO BUENO.- Que han sido campañas sin ataques frontales, sin denostaciones entre los adversarios. Que se han distinguido por ir acercarse a la gente, que si bien solo es gente de ellos, pero al menos dejan la percepción de que ha sido una campaña directa con el pueblo y no ha habido guerra sucia. Parte de lo bueno, también, es que se han establecido agendas y que, al menos, no se han desgañitado en discursos falsos y estridentes.
LO MALO.- Una de las cosas malas son los spots: pésimamente producidos y mal pautados en radio y televisión. Otro tema es que no han visitado todos los municipios, solo los grandes y ahí, en esas ciudades han basado su campaña. Del mismo modo, no han bajado a territorio, salvo uno que otro caso, pero la mayor parte son con acarreados para la foto y ya. Las propuestas han sido huecas y no están basadas en una agenda legislativa, sino en una retórica política a los tiempos que se viven hoy en el país.
LO FEO.- Que la mayor parte de la gente no le ha interesado este proceso y que, según estimaciones, solo acudiría a votar entre el diez y 15 por ciento del padrón. Además, esta campaña ha sido muy callada y poca importancia le han dado los candidatos a la difusión de sus actividades, al menos, para que los conozcan y se promueva el voto.
Es así como se ha llevado a cabo este proceso eleccionario extraordinario en donde no se ve un buen fin, es decir, que la gente no irá ni por equivocación a las urnas el 19 de febrero.
Y aunque aprieten en la recta final, no será suficiente.
EN CINCO PALABRAS.- Este cuento está muy aburrido.
PUNTO FINAL.- “¿Para qué quieren timón si no saben para dónde van?”: Cirilo Stofenmacher.
Twitter: @Mauri_Zapata